Con un 3,1% de intimidadores, un 6,4% de víctimas, apenas un
1% de agresores que sufren el rechazo de sus compañeros y un
89,5% de espectadores muchos de ellos pasivos, y entre los
que un 56,2% ha estado envuelto alguna vez en una situación
de maltrato. Un panorama preocupante que merece medidas
urgentes.
Así se desprende de los datos recogidos en un estudio sobre
el maltrato escolar realizado por investigador del
departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la
Universidad de Granada Santiago Ramírez sobre datos
recogidas en la Ciudad Autónoma y extrapolables al resto del
país.
El informe recabó datos entre 587 alumnos de los colegios
públicos \"Lope de Vega\" y \"Reina Sofía\" y del instituto
de Secundaria \"Luis de Camoes\" de Ceuta, en los que
determinó que intimidador y víctima escapan a lo
estereotipos típicos. Según esta investigación, no todos los
alumnos maltratados son los marginados de la clase, sino que
\"un pequeño tanto por ciento de los niños acosados goza de
popularidad dentro del grupo\". Además, las conclusiones del
sostienen que en algunos casos, quienes acosan \"son
despreciados por sus compañeros de aula\".
Cada vez más chicas
El estudio sobre el ‘bullying’ señala un sensible aumento de
alumnas implicadas en casos de acoso aunque todavía son
mayoría los chicos que ejercen tanto de agresores como
víctimas. Se ha detectado un incremento en el número de
chicas que se ven implicadas en situaciones violentas y cada
vez hay más chicas que someten a exclusión y, especialmente,
protagonizan la difusión de rumores y participan
directamente en la agresión física y las amenazas.
Maltrato de baja intensidad
La tesis advierte también de que hay que explorar el
“maltrato de baja intensidad”: un 42,6% de los alumnos es
maltratado ocasionalmente, el 7,6 % lo sufre con una
frecuencia intermedia y el 6,4% padece un maltrato severo.
El informe establece diferencias entre el acoso en Primaria
y Secundaria, ya que en el primer caso la víctima suele ser
un niño que recibe agresiones físicas y verbales, y en el
segundo sufre un maltrato más psicológico y selectivo pero
también más severo. Además, como señala el estudio, en
Primaria el maltratador se siente superior y se preocupa
sobre la opinión que genera entre sus compañeros, y en
Secundaria lo hace para divertirse.
El silencio de las víctimas
La investigación del profesor de Psicología Evolutiva y
Educación, Santiago Ramírez, autor del estudio de campo,
concluye que pese a la notoriedad y debates que ha suscitado
este problema, el 24% de las víctimas de ‘bullyng’ oculta el
maltrato a su entorno más próximo, incluida su familia. y a
un 22% de los maltratadores no hay nadie que le recrimine su
actitud, lo que les hace sentirse “impunes” y a las
víctimas, “impotentes”, sostiene el estudio.
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“Mientras haya compañeros que les jalean habrá maltratadores”
Las respuestas a las encuestas
realizadas en tres centros educativos de la Ciudad Autónoma,
señala Santiago Ramírez, autor de la investigación, no
difieren apenas de los estudios a nivel nacional. El
‘bullyng’ es un fenómeno “complejo y dinámico”, señala el
investigador. El acoso psicológico en el ámbito educativo no
se ajusta, concluye el estudio de la UGR, a los estereotipos
de víctima y maltratador y no se puede entender sin tener en
cuenta las interacciones de otros roles muy determinantes
como los agresores victimizados, los “reforzadores” que
jalean al agresor, aquellos espectadores que tratan de
defender ala víctima y aquellos que guardan un silencio
cómplice... Un hábitat que propicia el cultivo del acoso
escolar. “Mientras los maltratadores tengan una red de apoyo
social que le proporcione respaldo, el maltrato seguirá
existiendo”, alerta Ramírez.
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