África Martínez recibió el premio María de Eza con nervios y
una sonrisa. A pesar de que ha repetido mil veces que no lo
esperaba, la sorpresa ya se había convertido ayer en orgullo
y agradecimiento. Le entregó el galardón el presidente de la
Ciudad, Juan Jesús Vivas, que destacó “la fidelidad
profesional” de la galardonada, el “agrado” con que ha
ejercido siempre su labor de cara al público, y “su cariño y
amor al trabajo”. Afriquita, como se la conoce en la ciudad,
no dudó en reconocer que era uno de esos días de gloria que
la mayoría espera; y que, en efecto, su dedicación
profesional la ha realizado como persona. De sus 43 años
como empleada en Super Roma recuerda son los consejos que ha
intentado dar siempre a los clientes: cremas, potingues,
maquillajes, trucos de belleza, y arreglos varios para poner
guapa y guapo al ceutí. “Gracias, gracias, gracias”. Así
acabó su pequeño discurso la María de Eza de esta edición.
Juan Jesús Vivas evocó la figura de la mujer que gobernó
Ceuta en el siglo XVI, y aunque desde entonces, se ha
avanzado mucho, el presidente llamó a huir de la
“autocomplacencia”: “No estamos satisfechos”, subrayó, ni en
la ciudad, ni en el país, ni en muchas partes del mundo,
porque la figura femenina “sigue estando relegada”, sobre
todo a la hora de incorporarse al mercado laboral, por
acaparar la mayoría del trabajo doméstico y por los casos de
maltrato que sufre. “Sin igualdad no hay progreso, justicia
ni democracia”.
Por otro lado, Yolanda Bel, consejera de Sanidad y Bienestar
Social, llamó al reconocimiento de la mujer anónima: aquella
que desempeña una tarea sin recibir remuneración económica
por ello. Para la consejera, la tarea femenina en la sombra,
“la que no sale en los periódicos” ha movido parte de la
sociedad “desde el principio de los tiempos”. Madres,
abuelas, cuidadoras o amas de casa son para Bel, las que
merecen u reconocimiento los días 8 de marzo de todos los
años.
Proyectos empresarial y educativo
La consejera fue la encargada d entregar el segundo premio
de la tarde a la labor de Inés Benavente, mención especial
al proyecto empresarial. “Podría estar jubilada pero seguiré
trabajando mientras pueda”, indicó la galardonada, única
mujer en la empresa en la que ha trabajado gran parte de su
vida. Benavente expuso en su discurso las dificultades para
organizar o gestionar la vida diaria de un negocio: “dirigir
es bastante... complicado”, ironizó. Y Cruz Roja se alzó con
el reconocimiento especial al proyecto educativo, por la
labor de uno de sus equipos en la barriada del Príncipe,
donde imparte clases de alfabetización a un grupo de
mujeres. Mohamed Amabi Abdeselam, viceconsejero de Asuntos
Sociales, entregó la placa conmemorativa a Enrique Lozano.
“Hoy es una manifestación inequívoca de que asumimos
compromisos beligerantes entre hombres y mujeres”, indicó
Juan Vivas en la XXI edición de los premios en honor a María
de Eza.
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