Dicen los que entienden, que los
trapos sucios se deben lavar en casa y que dos no se pelean
si uno de ellos no quiere. Cosa, por supuesto, que aquí en
esta tierra nosotros no hacemos y tratámos de hacer de un
grano de arena una montaña.
He sentido vegüenza ajena al comprobar como, a nivel
nacional periódicos y televisiones han hablado del racismo
existente en nuestra tierra por unas letrillas del carnaval.
Nada de extrañar, la actitud de estas cadenas televisivas,
que ante la falta de personajes y el astío por parte del
personal de lo repetitivos que son los personajes en
cuestión, para mantener los programas de telebasura deciden
aprovechar, la más mínima noticia, para hecer de ellas un
culebrón que les dure, al menos, una semana.
Lo de ABC expectacular aunque según dice, el que más sabe
del asunto, ABC ya no es lo que era. Ante esto, uno, en su
inocencia se pregunta ¿tanmal andan de noticias en ABC qué
le dan prioridad a unas letrillas del carnaval cantadas en
un pueblo de setenta mil habitantes?. Nosotros teníamos
entendido que ABC era un gran rotativo pero, claro, si ya no
es lo que era, la cosa cambia.
Que gran daño le estámos haciendo, entre todos, a esta
tierra que nos vio nacer que no tiene culpa de nada y que es
ante el mundo entero, ejemplo de convivencia de las cuatro
culturas que la integran, mostrando allendes de los mares,
esos trapos sucios que deberíamos lavar en casa, sin
necesidad alguna de que se entere nada ni nadie.
En los carnavales de Cádiz se han metido con el Papa, con la
Semana Santa, con los Reyes, con los Principes de España e
incluso con los presidentes del gobierno y a nadie se le ha
ocurrido aírearlo a los cuatro vientos cuando, mirándolo
bien había motivo sobrado para ello.
Pero los gaditanos y el resto de los españoles hemos
entedido que eso sólo son coplillas del carnaval, que pasado
diez días nadie se acuerda de las letrillas cantadas en el
Falla.
Es indiscutible que a los creyentes, las criticas realizadas
al Papa y a la Semana Santa, no le habrán gustado lo más
mínimo y algunos de ellos, probablemente, habrán escritoen
algún periódico o a través de medios hablados su
disconformidad con esos asuntos pero ahí, con esa defensa
hechas en los medios de comunicación se ha acabado todo el
asunto.
Con todo esto, no trato de defender a nada ni a nadie,
simplemente contar una verdad, que está ahí y que es
facilmente comprobable por quienes quieran hacerlo
Pero todo ello, se ha hechoen Cádiz, sin salir fuera de su
contorno ese lavar los trapos sucios de unos y de otros. Y,
Cádiz, naturalmente no es Ceuta porque de serlo, a estas
alturas, nadie estaría hablando nada de las coplillas del
carnaval, incluida las manifestaciones del Zerolo, muy en su
papel sin acordarse, para nada, de como pusó a la iglesia y
a los creyentes del día del orgullo Gay. Es que este chico
es muy desmemoriado.
Cada uno que se sienta afectado por algunas de las
letrillas, cantadas en los carnavales,debe defenderse de las
mismas con los medios a su alcance pero, nunca, valerse para
hacer su defensa de echarle encima a un tercero que entre en
la discordia. Eso me parece una auténtica cobardía que
sirve, además, para alimentar un fuego que nunca se debe
alimentar porque alimentar ese fuego puede elevar las llamas
y producir un incendio de incalculables daños para esta
tierra y su convivencia entre las cuatro culturas que
estámos en ella.
No veo razón alguna, por varias razones, para tratar de
inculpar al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, de
lo que dicen que ha acontecido con esas letrillas
carnavalescas. Primero porque, el presidente de la Ciudad
Autónoma, no sabe, ni tiene porque saber de que van esas
letrillas. Esas letrillas cantadas en los carnavales, sólo
la saben quienes las han escrito, las comprasas y chirigotas
que las cantan y punto. El resto nos enteramos, de las
mismas, cuando suben al escenario y las cantan.
Segundo, porque aunque algunos no lo crean estámos en el
siglo veintíuno, en un estado de derecho y libertades, donde
desde la llegada de la democracia, los españoles noestámos
sujetos a la voraz censura.
Pedir, a estas alturas de la vida y en democracia, todos
esos que se llaman demócratas “de toda la vida”, que se
censuren las letrillas del carnaval antes de ser cantadas en
el escenario es volver a tiempos pasados donde,
precisamente, estos demócratas tanto han criticado, lo que
ahora quieren, nuevamente, que se ponga. Manda..la cosa.
La lluvia vino a estropear la cabalgata de los carnvales,
cuando el pueblo llano y sencillo se había tirado,
masivamente, a la calle para divertirse.
Y es que, aunque a algunos les cueste creerlo, el personal
lo que se quiere es divertir y pasarlo bien en las fiestas.
Poner el ventilador para remover la mierdad no me parece lo
más adecuado. Lo mejor sería, sin discusión alguna, bajar el
telón y poner punto final al asunto. ¿O no ?
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