Los pupilos de Javi Gómez no pudieron despedir con victoria
la competición de Liga Nacional juvenil, en la que
finalizaban ayer su participación encajando su séptima
derrota de la temporada ante el Apademar cordobés por un
marcador de seis tantos a once.
El conjunto colegial fue capaz de aguantar el juego del
equipo andaluz únicamente durante los primeros veinte
minutos, durante los que ambos conjuntos lograban dos tantos
que les permitían marcharse al descanso con tablas. El San
Agustín saltó a la pista más asentado que su rival,
disponiendo de las primeras ocasiones del encuentro de la
mano de José Luis Abad, quien protagonizaba dos contragolpes
que finalizarían ambos marchándose por la línea de fondo.
Una pared dentro del área colegial se presentaba como la
primera llegada de peligro visitante, precediendo al primer
tanto que llegaría de la mano del cordobés Aranda, quien
remataba a bocajarro en el segundo palo un disparo lejano de
un compañero.
A partir de aquí se sucederían los mejores minutos del
conjunto dirigido por Javi Gómez. Salvi, firmando una
vistosa jugada, lograba ganarle la espalda a su defensor al
borde del área y subir el empate al marcador en el minuto
diez de juego. De nuevo el mismo jugador sería el autor del
único tanto que puso a los colegiales por delante en la
jornada de ayer, rematando un rechace del portero a un
potente disparo de Hugo Palomino. El Apademar pasó los
mayores apuros mediada la primera mitad, pero aún así supo
aprovechar un despiste local en el centro del campo para
dejar de nuevo las cosas en empate. Antonio Pasamar
dispondría de las últimas oportunidades antes de finalizar
el primer asalto, traducidas en una jugada individual y una
pared con su compañero Hugo que no podrían acabar en gol.
El descanso pareció no sentar del todo bien a los del San
Agustín, que una vez comenzada la segunda parte verían como
a medida que avanzaban los minutos el encuentro se les
escapaba de las manos. Un Apademar mucho más organizado
logró anular casi por completo el inicio del ataque
colegial, que una y otra vez era interceptado en su propio
campo por los cordobeses. Seis contras letales del equipo
visitante en el transcurso de doce minutos, frente a un solo
tanto local, obra de Raúl Reinoso, dejarían las cosas en 3-8
a falta de cuatro para el final. Los minutos restantes
vendrían acompañados de ataques a la desesperada con
portero- jugador colegial, debido a lo que se sucederían
tantos por uno y otro bando hasta el 6-10 definitivo.
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