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El Plan de Empleo contratará a más
de novecientas personas en Ceuta, lo que supondrá algo más
del diez por ciento de los actuales desempleados en la
Ciudad Autónoma, según los datos que recientemente ha
ofrecido el INEM.
Se trata de una buena noticia en general que redunda en el
hecho de que el Estado aporta el 60 por ciento más de
recursos económicos al Gobierno Autónomo que los que recibió
por este concepto en el pasado ejercicio. Una novedad que
necesita, forzosamente, ser analizada desde un punto de
vista positivo dado que este dato significa un apoyo estatal
al ejecutivo local, o al menos un gesto a valorar en su
medida.
Es seguro que nunca lloverá a gusto de todos. Se habla de
que Ceuta necesitaría un sistema parecido al PER andaluz.
Desconocemos si esa iniciativa pudiera ser la que la ciudad
necesitara por lo que significa un PER como el de Andalucía.
Dado que Ceuta no cuenta, todavía, con un tejido productivo
capaz de absorver las necesidades de la demanda de empleo
actual, habría que plantearse bases sólidas de cara a un
futuro a medio y largo plazo, mientras que se afronta el día
a día con la responsabilidad que el Estado mantiene con los
distintos territorios de España.
Trabajos decididos y basados fundamentalmente en la
formación con una labor optimizada en las mismísmas bases de
la ciudadanía (escolares) de cara a elevar niveles de
cultura y de preparación académica, pueden ser vitales de
cara al medio y largo plazo.
Emprendedores, empresarios, inversores... generadores de
empleo con mano de obra cualificada y preparada para
competir en un mercado cada vez más duro. Ceuta tiene que
mirar al frente, pero cimentando sus bases.
Cubrir algo más de 900 puestos de los más de 8.000
desempleados existentes, está realmente bien, pero aún
faltarían por cubrir 7.000 puestos más. Ese debería ser el
objetivo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
