El central brasileño se afianza jornada a jornada como la
principal seña de identidad de la zaga ceutí, artífice de
que la Asociación Deportiva Ceuta sea el tercer conjunto
menos goleado de todo el grupo cuarto después de Linares y
Sevilla. La veteranía de Sandro no pasa desapercibida bajo
los ojos de su técnico, que lo ha incluido en las
veinticinco formaciones titulares del equipo, convirtiéndose
en el único jugador que ha disputado la totalidad de los
encuentros de Liga, acumulando 2.250 minutos de juego, y
Copa del Rey.
El brasileño es consciente de que a falta de trece jornadas
para la conclusión del Campeonato y teniendo en cuenta los
dos puntos que les separan de los puestos de descenso, la
importancia del encuentro de mañana no es una novedad. “Para
nosotros en este momento cada partido es una final, el
equipo está mentalizado en la situación en la que nos
encontramos”. El férreo eje de la zaga ceutí reconoce que la
sexta posición del Marbella en la tabla aventura la disputa
de un complicado compromiso. “Será un partido difícil porque
ellos se juegan el meterse en la disputa de los cuatro
primeros equipos del grupo”.
Sin ánimo de restar mérito al trabajo de sus compañeros,
Sandro asegura que los méritos de la zaga caballa se deben a
la unión del bloque. “El buen trabajo defensivo es gracias
al realizado por todo el resto del equipo, porque tenemos
compañeros que aprietan arriba”, aunque el central tiene
claro que el bagage de diecisiete igualadas en veinticinco
jornadas debe llegar a su fin si se quiere optar a un final
de Competición más tranquilo “este domingo el empate no
sirve, hay que ganar porque a partir de ahora cada partido
es una final”.
Como buen reflejo del sentir generalizado del vestuario,
Sandro lamenta la escasa fortuna que viene acompañando al
equipo esta temporada. “Estamos trabajando bien, lo que pasa
que el fútbol está siendo un poco injusto con nosotros, pero
también lo bueno que tiene este deporte es que te deja la
oportunidad de revancha y mañana domingo será una de estas
ocasiones”, afirma desde su experiencia, concluyendo que
“con todo hay que seguir trabajando y luchando hasta el
final, para tratar de cambiar el ‘chip’ negativo que nos
acompaña”.
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