Después de que la Comandancia General de Ceuta enviase a
Bosnia-Herzegovina a los primeros soldados, el pasado mes de
septiembre de 2005, comenzaba en la localidad de Mostar la
primera gran misión de la guarnición ceutí en tierras
extranjeras.
Los soldados españoles, acompañados por los italianos,
formaron parte de la operación SPFOR XXVI desarrollada en la
base Europa ubicada en esta ciudad bosnia.
Más de doscientos soldados, pertenecientes a distintas
unidades del Ejército en Ceuta, participaron en este
cometido que los tuvo alejados de su hogar durante cuatro
meses.
La mayoría de ellos regresaron en las dos rotaciones que
atracaron en el puerto el pasado mes de enero pero aún
faltaba una treintena por regresar. Estos jóvenes soldados
han continuado hasta el momento de su regreso realizando sus
tareas de apoyo a las Fuerzas de Seguridad de Mostar. Una
labor de apoyo que sirve para favorecer la estabilidad
política y social en esta región tan maltratada durante la
guerra que terminó por fraccionar la antigua Yugoslavia.
En la mañana de ayer, 31 soldados de distintas unidades de
la Comandancia General desembarcaron en el puerto de la
Ciudad Autónoma poniendo fin así a la presencia ceutí en
este país de Los Balcanes donde, a principios de los 90, una
cruenta guerra devastó por completo el país que, aún hoy y
después de que ha transcurrido una década, trata de superar
las consecuencias de la misma con la ayuda de las fuerzas de
los ejércitos internacionales.
Estos jóvenes soldados fueron ayer recibidos por el coronel
Guillermo González Novelles, jefe del Regimiento de
Artillería de Campaña nº30 (RACA 30), en la explanada de
vehículos del puerto de la Ciudad Autónoma.
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