Es todo un acierto sin lugar a
dudas. El hecho de plantear formalmente el hermanamiento
entre las dos poblaciones es plasmar definitivamente un
sentimiento histórico que ha vinculado a estas dos ciudades
a lo largo de los tiempos.
Su situación en el sur, el paisaje, el ambiente, la gracia y
hasta el donaire, los giros lingüísticos, las frases... el
arte, la tradición vinculan a estas dos ciudades. Las
relaciones personales, las relaciones institucionales, la
dependencia entre organismos de las dos localidades...
Ceutíes gaditanos, gaditanos ceutíes. Ceuta (Cádiz),
relaciones pretéritas que tras ser sesgada en lo político
hace más de 25 años, sólo han quedado los lazos
sentimentales y, afortunadamente, algo más.
Hablar de Puerta Tierra es como hacerlo de las Puertas del
Campo. La Cádiz amurallada es la Ceuta con sus murallas. El
obispado sigue siendo de Cádiz y Ceuta, como la Audiencia
Provincial (en el ámbito de la Justicia). Cuántos ceutíes
han sanado de sus enfermedades en el antíguo Zamacola, hoy
Puerta del Mar.
Ese Ramón de Carranza o ese Alfonso Murube en lides
futbolísticas en grandes e históricos derbies que quedan
para el recuerdo.
El carnaval de agrupaciones, de pestiñá y de mejilloná...
Esta mañana la corporación ceutí ataviada hoy de Autonomía
en su Asamblea se refrenda el concepto de hermanamiento de
estas dos ciudades que han llevado siempre pasos paralelos
desde la lejana época fenicia.
El próximo 11 de marzo se efectuará la firma del convenio
por el que Cádiz y Ceuta, Ceuta y Cádiz quedarán hermanadas
porque así lo decidieron sus respectivas corporaciones.
Tanto la gaditana, como la ceutí guían y participan
activamente de esta sentimental y acertadísima iniciativa.
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