Más de 80 personas pululaban ayer por las dependencias del
centro polifuncional de la barriada Príncipe Alfonso.
Gritos, risas y prisas por todas las esquinas. Por un lado,
una princesa hablaba con un cirujano, por el otro, un
plátano conversaba con un fantasma. La cómica situación se
debía a la ‘Gran Fiesta de Carnaval’ de los vecinos. Así, un
total de 60 niños del taller de apoyo escolar y 20 mujeres
del curso de alfabetización participaron en un festejo “para
todos”. Más de dos semanas de preparación sirvieron para una
tarde en la que todos formaban parte de la sorpresa.
La actuación de la orquesta infantil, formada por seis
niños, fue el momento estelar. Tras la música, la merienda;
y todo a lo largo de dos horas.
Según explicaban los organizadores, era “la primera vez que
las mujeres participaban en el evento, aunque sin
disfrazar”. Quizá, otro año. “Lo importante es que se
interrelacionen con los pequeños para crear un buen
ambiente”, indicó Naima Dris. Junto a ella, han colaborado
en el desarrollo de la fiesta carnavalesca Abselam Ahmed,
Naima Mohamed y varios trabajadores sociales.
La orquesta y las asistentes al curso de alfabetización no
fueron las únicas novedades. “Otros años, celebrabamos la
fiesta en el local social de la barriada; es la primera vez
que se realiza en el centro polifuncional”, comentó Ahmed.
Más espacio, más posibilidades.
Los niños tenían la cara pintada de mil colores; cada uno
con un disfraz diferente. Amarillo plátano, blanco calavera,
verde cirujano... un sinfín de propuestas que aseguran su
continuidad el próximo año para que el Carnaval siga siendo
la fiesta del misterio y la diversión.
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