¿Qué de que van los puntos
suspensivos? Pues van de escatología, porque me he inspirado
en la célebre frase de Tejero “¡Se sienten coño!” ¿Recuerdan
la fecha? Si, en aquel entonces cuando se hacían versos y
ripios tipo “Un 23 de febrero, un picoleto español, puso al
Parlamento entero, cara al suelo, culo al sol” Oigan ¿Nos
enteraremos alguna vez de lo que pasó y de que iba el
invento? Es por curiosidad histórica mayormente, aunque la
ciberderecha neocom, sin renunciar a un ápice de nuestra
Historia, pasamos levemente de los años ochenta porque
fueron bastante cutres y pedorrillos, frente a la diversión
y los follones de los setenta, los ochenta resultaron
bastante amuermantes y de alguna manera vacuos, hasta el
punto de que aún no se había inventado la New Age ni la
hermosa frase “El siglo XXI será espiritual o no será”,
además las mafias extranjeras no habían hecho de España su
cortijo particular y a nivel penitenciario tan solo
porculeaban los de la COPEL, con sus motines en unas
cárceles hediondas donde comenzaba a galopar el maldito
caballo, Dios lo confunda.
Pero no se trata de rememorar tiempos pasados en plan abuela
Cebolleta, sino de ofrecer los beneficios de mi mente
incisiva y clarificadora a ese Centro Reformista que es el
Partido Popular, que aún no ha aclarado lo que quiere
reformar y por eso yo quiero presentar mi currículum, que
viene a caber en un papelillo de liar canutos, pero que,
literariamente, no importa que sea pequeño ya que glosaba el
poeta “Pequeña la calandria, pequeño el ruiseñor, pero más
bello cantan que otra ave mayor, la mujer por ser chica no
por ello es peor” Yo no soy, en verdad, gran cosa, pero mi
el currículum donde acumulo mis escasos méritos es
calamitoso, aunque con los centristas reformistas no importa
ya que fueron capaces de nombrar a una mujer como la
Villalobos ministra de sanidad cuando su mayor mérito
académico e intelectual era el haber acabado el COU,
servidora, por lo menos, es de carrera y lee y escribe de
corrido ¿Qué si se me las cuatro reglas? Pues la verdad es
que se algo de hacer la cuenta la vieja, pero nada más
porque soy de letras. Aclararé que mi comadre la Payi y mis
primos del Palo me animan a presentar la hojilla a los dos
grandes partidos y mis paisas de Nador lo mismo. Ser
analista política es cosa fina y si mi bisabuelo, que era
esquilador en Santa Cruz de Almería, levantara la cabeza,
reventaría de orgullo, vamos, se sentiría tan altivo y
autosuficiente como cuando se compró unos zapatos y se los
ponía una vez al año para ir a ver al médico en el cercano
pueblo de Terque.
Mi espíritu es generoso y soy humilde en cuanto a mis
pretensiones económicas, aunque tampoco hay que pasarse como
mi director que cada vez que le insinúo que se estire me
hace llegar por mensajero un tapergüé con caldillo de
pintarroja congelado o como mucho una ristra de chorizos en
manteca de Ronda por aquello que decía el poeta de “Ronda,
tierra jonda, los mejores chorizos en manteca”. Pero quiero
contribuir al reformismo, porque considero que hay miles de
temas interesantes que reformar aunque los populares no
gobiernen en la Nación, lo que no significa que no puedan
hacer reformas en las autonomías por ellos dirigidas. Aquí
tenemos a un Juan Vivas, encantador de serpientes e
imbatible en las distancias cortas, pepero que podría
comenzar las reformas solicitando las competencias en
materia penitenciaria, mismamente como los catalanes y al
ser Ceuta la frontera sur de Europa pedir dineros a los
blanquecinos y sosones miembros de la UE para construir un
buen centro penitenciario, en el que lógicamente, por la
vecindad con un país extranjero, recalarán multitud de
extracomunitarios. ¿Ven? reformar y construir y atribuirse
las competencias nombrando estupendos jueces de Vigilancia
Penitenciaria ¿Qué dicen ustedes? ¿Qué el tema de la
Justicia es un terreno proceloso? ¿Qué dicen de Bertold
Brecht ¿ ¡Ah ya recuerdo! Rememoran aquella frase del genial
autor cuando decía “Ese Juez era incorruptible: nadie
conseguía hacerle impartir justicia”. Vale, de la
equiparación entre sacerdocio y judicatura, ya que ambas
actividades imprimen carácter, hablaré más largo y tendido,
porque ahí si hay que reformarlo todo. Pero ahora se trata
de seguir el reformismo y hacer cambiar las cosas, por
ejemplo, haciendo algo tan novedoso e increíble como aplicar
la Ley y no permitir que, en la barriada del Príncipe la
inmigración ilegal asentada sea la norma y el cumplimiento
de la norma la excepción. ¿Cuántos miles de extranjeros
viven de estrangis en Ceuta? Ahí Juan Vivas y el Delegado de
Gobierno tienen ocasiones envidiables, Vivas de reformar la
no aplicación sistemática de las leyes y el Delegado de
demostrar que los socialistas tienen talante, pero también
tienen pelotas para erradicar de cuajo la ilegalidad y
demostrar que en España, Europa, no pueden existir, ni por
asomo, riesgos de guetos fuera de la legalidad.
Todo es reformable, por ejemplo, el carácter claramente
excluyente del mal llamado “crisol de culturas” que nunca
será tal hasta que, la bella ciudad, no abra sus brazos a
miles de criaturas de etnia gitana, se van los ocho mil
extranjeros asentados en el Príncipe y se sustituyen por
ocho mil calés en riesgo de exclusión social y felices por
convivir con otras etnias, aumentar su calidad de vida,
recibir viviendas y ayudas sociales, escolarizar a sus
churumbeles en aulas de integración y acabar de una vez por
todas con la falsa imagen de marginales y conflictivos.
Sustituir aplicando la ley a los ocho mil extranjeros por
ocho mil gitanos españoles, reformando la realidad al
abrirles amorosamente el corazón si que es reformar el
espíritu del crisol y enriquecerlo con nuevas
incorporaciones, innovadoras y energizantes, muy
energizantes se lo garantizo a ustedes. ¿Qué si me planteo
plantear alguna reforma más al centro reformista? Si .Pero,
antes han de declinar el verbo apoquinar en primera persona
del indicativo. En el fondo la ciberderecha neocom, de
tendencia republicana, tiene las ideas claras sobre lo que
falta y lo que sobra: sobran pedorros y pedorras y falta una
buena, demoledora y contundente pedorreta dirigida a los
porculeros. No se engañen, es así. ¡Reformen coño!.
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