El delegado se mostró muy
satisfecho con la visita al Puerto de Ceuta no sólo por el
“excelente” estado de las dependencias portuarias sino
también por su interés personal en un sector en el que ha
desarrollado parte de su labor profesional ya que el nuevo
delegado del Gobierno en Ceuta fue presidente de la
Autoridad Portuaria de Huelva entre marzo de 1998 y enero de
2005.
La ciudad se ha visto abocada a una situación económica que
le está costando la vida misma como consecuencia de varios
factores sucedidos desde mediados de los 80 que han incidido
muy negativamente en la evolución de su desarrollo económico
y que ha pervivido desde los 90 gracias a los famosos Fondos
Estructurales de la Unión y que desde el año 2.001 la
Administración General del Estado, hasta entonces no por la
labor, se empeñó -más vale tarde- en que los ciudadanos de
la ahora Ciudad Autónoma no volvieran a pensar en
‘salvadores’ que la alejaran de los llamados grandes
partidos nacionales.
Mientras tanto, los tres lustros de casi olvido sufridos por
Ceuta coincidieron con la apertura de la verja de Gibraltar
-durísimo golpe al comercio y al bazar en particular-; con
el cierre de empresas históricamente dedicadas al ‘bunkering’;
con el empuje económico para desarrollar (era justo)
Andalucía dotándola de un super puerto, Algeciras... Ceuta
no era merecedora, por lo visto, de una evolución similar.
Se cerraron industrias, se marcharon grandes empresas
familiares -aún lo siguen haciendo-, y la Ciudad Autónoma
continúa luchando por su suficiencia financiera; por su
capacidad de ofrecer servicios; por el intento de retorno de
industrias -si no median intereses obscuros-; por la mejora
de sus comercios... y todo ello tiene y debe ir acompañado
de unas instalaciones portuarias acorde a la estrategia de
futuro de Ceuta en un hábitat regional tan pujante como lo
es el Estrecho de Gibraltar.
Los movimientos vía marítima van a ser incesantes y el
Gobierno, de quien depende el Puerto de Ceuta, no puede
pensar sólo en el tráfico de pasajeros para nosotros. No
podemos ser sólo un puerto apeadero. Ampliar su actividad
debe ser el gran reto.
|