Diez de la noche, el auditorium de La Marina viste sus
mejores galas para acoger un festival de los que nunca se
olvidan. La multitud de gente que llena el recinto crea un
ambiente idóneo digno de las mejores noches culturales de
verano.
Media hora más tarde las luces se apagan, dejando iluminado
solamente el escenario. Entonces comienza a sonar ‘El Lago
de los Cisnes’ de Tchaikovsky, y un grupo de alumnas de la
escuela de danza comienza a bailar, lo que capta la atención
de todos los que allí se dieron cita.
Una presentación de lujo que da paso a unas palabras de
María José Lesmes: “Un año más y no son pocos, en esta
difícil y hermosa tarea de mostrar lo que se encierra en las
salas de ensayo... Pasando por sudor, cansancio, sacrificio
y trabajo sobre las barras y frente a los espejos.
Con mucha paciencia, dedicación y motivación se forman a los
bailarines, a nuestros bailarines que aprenden la mejor
lección de todas ‘Amar la Danza’.
Hay que quemar la danza para quedarte en ella... No te da
nada en concreto, no hay un manuscrito, no hay una pintura
que se pueda colgar, no hay un poema impreso... nada más que
ese simple instante en el cual te sientes vivo.” La dulce
voz de la profesora y el mensaje lleno de sentimientos sirve
como aperitivo del exquisito menú que los que tuvimos el
privilegio de asistir, degustamos en nuestro interior, donde
quedará permanentemente guardado en la memoria de los
mejores sabores de la danza.
Seguidamente, las más pequeñas de la escuela salen al
escenario, haciendo las delicias del público. Sus magníficos
atuendos y la buena elección de las músicas nos invita a
viajar a Oriente. La trabajada coreografía y los movimientos
bien medidos y sincronizados demuestran el buen quehacer de
las profesoras, incluso con un alumnado de una edad muy
temprana. Y es que la música hay que presentársela a las
personas cuando están comenzando a vivir, ya que ésta
influye en el desarrollo integral, que se ve favorecido por
el desarrollo creativo, el imaginativo y el intelectual, con
lo que podemos ayudar a la madurez de las personas.
Las pequeñas dan paso a chicas de siete a trece años,
quienes interpretaron ‘Capricho Español’ de R.Korsakov. Tras
éstas, las mayores realizaron una gran demostración de
disciplina en la danza, bailando de una manera muy sentida
el tema de R.Williams ‘Something Stupid’.
Temas bien escogidos para ser coreografiados por las
alumnas, que hacen una muestra de las distintas disciplinas
que se estudian en la escuela, van sonando en el auditorium.
Con éstos pudimos disfrutar tanto de la diversidad musical
como de la variedad de coreografías clásicas, españolas,
modernas, flamencas... Éstos son: ‘Yo me llamo María’, Chori
Chori Gori’, ‘No’, ‘Hung up’, ‘Dip it low’, ‘Its like that’,
‘Pues va a ser que no’, ‘Nada es para siempre’.., haciendo
especial incapié en esta última, donde Natalia, Mariola y
Macarena, quienes aprobaron recientemente el examen de
acceso al Conservatorio de Danza de Granada, demostraron su
pasión por el baile, como también hicieron una demostración
del carácter comunicativo que tiene la danza, debido a la
facilidad que mostraron, durante el baile, de expresar lo
que la música invitaba a imaginar.
Y llegó un momento esperado, las coreografías flamencas. El
desparpajo de las bailarinas sobre las tablas y la especial
atención del público demuestra lo poco que nos separa de
Andalucía, algo tan ‘estrecho’ que no nos hace estar nada
lejos de sus tradiciones y de su folklore.
Estas coreografías estuvieron acompañadas de los temas ‘A
compás’, ‘Nana de colores’, ‘Hay estás tú’, ‘Aires de
serranía’, ‘Sentaito en Bajoguia’ y ‘Bailando con la niña’.
Esta última fue la música escogida para el fin de fiesta, un
final de festival que nadie quería que llegara, pero que
después de dos horas de intensa actividad el programa fin de
curso 2006 llegaba a su fin.
Al final, sonrisas y rostros de satisfacción, y no era para
menos, ya que María José y sus chicas demostraron una vez
más que la danza debe ocupar un lugar de privilegio en el
mundo de las artes. Un ramo de flores y muchos abrazos,
entre una merecidísima ovación por parte del público
cerraron el espectáculo. Un espectáculo en el que más de uno
no supo si darle a las chicas la enhorabuena o las gracias,
debido al buen rato que nos hicieron pasar allí.
|