“Las pulgas, los gatos y las ratas están por todos lados, la
situación es insostenible”, con estas palabras describe
María del Carmen Fernández, vecina de la barriada de San
José, la situación en la que se encuentra su vivienda
situada en el número 20 de la calle Romero.
Las condiciones en las que se encuentra su vivienda son
lamentables: las paredes están “totalmente agrietadas”, a lo
que se añade un pequeño desnivel en la estructura de la
vivienda. A estos problemas hay que añadir la falta del
servicio de limpieza que se hace más necesario aún cuando el
domicilio se encuentra justo al lado del mercado de San
José: “los comerciantes arrojan los desperdicios al callejón
y eso atrae a animales e insectos”.
Otra de las preocupaciones de esta vecina de San José es la
humedad que invade su pequeña vivienda de 40 metros
cuadrados donde vive con sus tres hijos, de los cuáles dos
de ellos padecen asma, enfermedad que se ve agravada por las
condiciones en las que viven.
María del Carmen Fernández lleva 22 años en su actual
domicilio y es consciente de que no es una ruina inminente,
pero también que no se encuentra en condiciones para estar
habitado. La única pregunta que se hace esta ceutí es la
siguiente: “¿es qué yo y mis tres hijos no tenemos derecho a
poder tener una vivienda digna?”.
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