La Ciudad pretende recuperar casi toda la inversión que
supuso los continuos intentos de reflote de una empresa
dedicada a la cría y engorde de especies que, de fracaso en
fracaso por una pésima gestión, sólo conseguía engordar las
pérdidas acumuladas a un ritmo que reflejaba en las
estadísticas una línea uniformemente ascendente.
El Gobierno de la Ciudad ha encontrado ahora una fórmula
para que Acuicultura pase a ser, definitivamente, un mal
sueño tras 17 años con una actividad empresarial que en los
últimos años ha resultado un fiasco absoluto. Acuicultura de
Ceuta S.A. era y es aún una sociedad participada por Procesa
en un 51 por ciento.
La visión ideal de un modelo industrial para Ceuta que en su
momento resultaba esperanzador y en el que había participado
en su génesis el actual presidente de la Ciudad Autónoma, no
ha estado acompañado en los últimos años de una gestión
adecuada porque, entre otros argumentos de peso, ha carecido
de especialización en sus órganos ejecutivos, en connivencia
evidente con los distintos consejos de Administración
permitiendo una falta de estrategias definida y un modelo
competitivo en el mercado nacional e internacional de las
pesquerías.
La amplísima deuda generada y las constantes aportaciones
del erario público continúan siendo analizadas en el
Tribunal de Cuentas. Mientras tanto, por fin, puede decirse
que -tras una larga y desesperante situación, en la que aún
Acuicultura sigue costando dinero a los ceutíes al
mantenerse un personal (tres trabajadores y un gerente) sin
actividad concreta ni definida- la solución se ha hallado
fruto del interés manifiesto por empresas que apuestan en
Ceuta por un modelo industrial capaz de generar, a priori,
expectativas de futuro.
Procesa decidió convocar un ‘concurso de proyectos’ en torno
a una cifra que alcanza los 2’4 millones de euros; precio de
salida para la puja y que tras la presencia de tres
empresas, un comité técnico se encuentra valorando.
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