¡Ya huele a feria! ¡Ya huele a
feria!. Así, a ritmo de sevillanas, empezarán a elevarse los
palos que soportarán el alumbrado eléctrico en el recinto
ferial haciendo ver, a todoslos ceutíes, que las fiestas
patronales están, como diría aquel, a tiro de piedra.
De momento, para que todo marche como tiene que marchar, es
decir para empezar como se empiezan las obras por los
cimientos, se ha convocado el concurso del Cartel de la
Feria 2006, cuyo plazo de presentación, sino estamos
equivocados y hemos leído bien, finaliza el próximo viernes.
Y hablando de carteles, hay a quienes se les ha venido abajo
todo el ”cartel” que dicen que tenía aunque, en realidad,
nunca tuvieron ”cartel” alguno, sólo el realizado por una
publicidad gratuita pagada por los demás sin que el que se
ha aprovechado de esa publicidad que le ha rendido unos
beneficios que jamás hubiese soñado, haya puesto un euro de
su bolsillo. Y es que el “mushasho” es durillo a la hora de
meter la mano en el bosillo para pagar
.Vamos, los que les conocen bien o al menos eso creen, le
tienen clasificado como perteneciente a la banda de los
“gañotes” cosas que él aprovecha al máximo pensando que
bastante tienen los “paganos”, sus particulares pelotas y
lameculos, con tener el enorme honor de dejar que le
acompañen. ¡Ele el arte, la cara dura y las papas en
amarillo con fideos gordos!.
Pero esta vida, que nos ha tocado vivir, a veces tiene unas
reacciones que deja al descubierto la auténtica realidad de
las cosas, poniendo a cada quisqui en el lugar que le
corresponde. Incluso, por esas cosas de la vida, deja el
descubierto, si es necesario, la falsedad de una publicidad
engañosa de la que se ha válido el interfecto para engañar
al personal. Ya lo decía la sabia de mí abuela “no hay mal
que cien años dure, ni cuerpo que lo resista” ¡Peazo de
abuela tenía el menda!.
Lo dicho que ha perdido el “cartel” que tenía, basado en la
mentira de una publicidad engañosa y busca, a la
desesperada, a alguien que sea capaz de pintarle otro
“cartel” para, de nuevo, presentarse al concurso de cara
dura.
Como, al parecer, los pintores locales que, por cierto, son
una jartá de buenos, no se sienten atraídos por pintarle el
nuevo “cartel” que necesita ya que, estos magníficos
pintores ceutíes, son incapaces de plasmar en el lienzo algo
que no se ajuste a la realidad, pues me da la sensación de
que se ha marchado fuera de nuestros lares, para traerse a
un pintamonas, al que considera con capacidad suficiente
para que le haga el “cartel” que necesita con su nueva
publicidad incluida, que le devuelva aquel engañoso ”cartel”
que les sirvió para vender, una moto sin motor, a los
inútiles que le rodeaban.
Difícil papeleta la que tiene el pintamonas de turno para
realizar el ”cartel” solicitado porque “aunque la mona se
vista de seda, mona se queda”. Y dos veces, querer engañar
al personal, va a ser una cuestión que entraña una gran
dificultad.Y máxime para un pintamonas que está acostumbrado
a pintar otra clase de “carteles” totalmente opuestos al que
le está solicitando el individuo en cuestión.
Además, algunos de los pelotas, lameculos y “paganos” que le
acompañaban a todas partes, riéndole las gracias aunque, el
gaché es más soso que un huevo de pava, ante la caída del
“cartel” que dicen que tenía, han decidido abandonarlo y
alejarse de él por lo que pueda pasar e incluso algunos de
ellos, de esos pelotas lameculos y “paganos”, no están de
acuerdo con que haya contratado al pintamonas para que le
haga el nuevo “cartel” en el que, por cierto, nadie va a
creer porque la publicidad insertada en el mismo no va a ser
lo suficientemente atractiva para que pueda vender el
producto.
Un producto que está pasado de fecha y que nadie quiere
comprar, después de averiguar la engañosa publicidad de la
que se había válido para hacer que el producto fuese
adquirido cuando, el producto, no valía para nada.
hay que decir, porque aquí se dice todo, que algunos de los
pelotas y lameculos, se han molestado con la contratación de
ese pintamonas porque, el mismo, no pertenece a la escuela
de los pintores que ellos admiran, sino que pertenece,
precisamente, a la escuela contraria que ellos no quieren
ver, hablando de pintores, ni en ”pintura”.
En fin que, el concurso del cartel de las fiestas
patronales, ya tiene fecha límite de presentación.
El otro, el ·”cartel” que tiene que pintar el pintamonas
llegado de otros lares, va a en contra muchas dificultades
para volver a hacer creer la personal las enormes cualidades
y bondades que adornan al personajillo en cuestión. Engañar,
dos veces, al las mismas personas va a resultar la
consecusión de un milagro y, últimamente, los milagros están
muy difíciles de conseguir.
Lo que no acierto a comprender es cómo el jefe del taller de
pinturas donde está el pintamonas le ha permitido la entrada
al mismo, sabiendo al peligro que se expone.
Igual son del mismo pensar.
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