Operarios de la Ciudad Autónoma comenzaban a talar ayer
parte de los árboles que rodean los barracones del
Sardinero, conocidos por servir de refugio para personas (la
mayoría de nacionalidad argelina) que no tienen sus papeles
en regla en España. Son los trabajos previos a la demolición
de las dos naves que se levantan en ese terreno, de
titularidad compartida entre dos propietarios privados y la
propia Ciudad de Ceuta.
Juan Manuel Doncel, viceconsejero de Urbanismo, indicó ayer
que las negociaciones con el resto de propietarios están muy
avanzadas y que hoy, viernes, podría presentarse un informe
-realizado por técnicos municipales- en el que se detallan
los tiempos y formas de la actuación. “La Ciudad quiere que
sea lo antes posible”, señaló Doncel, ya que los barracones
son un foco de insalubridad e inseguridad para los vecinos
de los edificios cercanos, sobre todo en época estival. Y no
sólo para ellos. Doncel considera que la estructura de estos
dos edificios supone también un peligro para las personas
que se alojan allí de forma irregular.
Inminencia
De esta manera, el derribo de las dos naves se presenta
inminente. Tras varios encuentros y conversaciones, los
propietarios privados han mostrado su disposición al
derrumbe y también a la “agilización” de los trámites en
este sentido. Todo se hará, según explica el viceconsejero
de Urbanismo, siguiendo los cauces formales por lo que se
presentará un plan de derribo y se seguirán los pasos
oportunos. Los técnicos de la Consejería de Fomento están
elaborando un ‘convenio a tres bandas’, que podría
presentarse hoy, y que estaría a falta de una posterior
lectura y aprobación. Una vez demolidas las dos naves del
Sardinero, y mientras no se le dé otra utilidad, la Ciudad
Autónoma se encargará de velar porque no se produzcan nuevos
asentamientos de personas (principalmente inmigrantes
argelinos) y porque la zona se mantenga en condiciones
óptimas de salubridad.
Se va a poner punto final así a una larga historia. Las
naves han servido durante años como refugio de inmigrantes
que, bien de forma permanente o bien de paso, han usado las
instalaciones como vivienda. Sin agua -mas que la toma que
les proporciona la Cruz Blanca- y sin luz -sin contar los
enganches al sistema de los edificios anexos- cientos de
personas han pasado por el Sardinero a pesar de las
actuaciones policiales.
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Un aparcamiento provisional para dar utilidad a los terrenos
La Ciudad Autónoma baraja varias
posibilidades, pero la conversión de la zona en aparcamiento
público y provisional es la que suena con más fuerza. De
esta manera, después del derribo de los dos barracones y del
acondicionamiento del entorno, los terrenos del Sardinero
podrían albergar el párking hasta que se les diesen otra
utilidad (construcción de viviendas, centro comercial,
etcétera) a gusto de los propietarios; aunque eso formaría
parte de otro ciclo de negociaciones diferentes entre los
titulares privados y la propia Ciudad Autónoma.
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