Por el Ministerio de Sanidad y Consumo se ha puesto en
marcha una campaña informativa para Mayores en la que se
recomienda, para mejorar los estilos de vida, cuidar mas la
alimentación, caminar al menos treinta minutos diarios en
las horas de menos calor, dejar el tabaco, moderar el
consumo de alcohol, sentirse activo intelectual y
socialmente y mantenerse bien hidratado bebiendo al menos un
litro y medio de agua al día, por lo que comporta todo ello
de importantes beneficios para la salud.
Tal campaña nos parece digna de encomio y muy loables sus
intenciones, pero volvemos, como ya lo hicimos en otra
ocasión, a que, además de los consejos alimenticios,
sociales, deportivos e intelectuales, hace falta, también,
solucionar el nivel de vida con una mejor asistencia
sanitaria, el incremento de las pensiones, el acceso a una
vivienda digna… Porque de qué sirve que una persona de la
tercera edad evite el comerse su buen cocido con “pringá”
incluida, andar una hora diaria en horario de menos sol,
practicar algún deporte aunque sea la petanca, dejar de
fumar sus dos paquetes diarios de tabaco, evite el consumo
de alcohol privándose de unos buenos vasos de vino tinto,
relacionarse con personas de su edad, participar en
actividades sociales y se tragarse un litro y medio de agua
al día si carece de los medios imprescindibles de
subsistencia como una asistencia sanitaria adecuada, una
pensión aceptable y una la vivienda digna.
Pensamos que hay que poner mas énfasis en la situación en
que se encuentra un importante colectivo de Mayores,
trabajadores que fueron por cuenta propia o ajena, que, por
causas de haberse acogido a la pensión más baja a
consecuencia del pago de unas cuotas también mínimas porque
el negocio no daba para mas (los trabajadores autónomos) y
la faena a destajo para lograr mejores beneficios económicos
ya que el salario mínimo no alcanzaba, ni ahora tampoco,
para atender las necesidades más perentorias de una familia
(los trabajadores por cuenta ajena) les comportaba estar
dados de alta en la Seguridad Social en el grupo menos
costoso para la empresa y, por consiguiente, con menor
pensión económica para el futuro, lo que conlleva un bajo
nivel de vida y por tanto una atención especializada al
Mayor.
Habría que añadir, pensamos, aparte de la elogiable Campaña
llevada a cabo por el Ministerio de Sanidad y Consumo, otras
connotaciones, tales como redoblar los esfuerzos para hacer
conocer a los trabajadores (autónomos o por cuenta ajena),
por una parte, la necesidad de que se acojan a los grupos de
cotizaciones de la Seguridad Social que realmente les
pertenezcan y, por otra, que los poderes públicos atiendan
con las debidas garantías las necesidades sanitarias,
económicas y de vivienda que les corresponde a quienes, en
muchos casos con mas de cincuenta años cotizando a la
Seguridad Social, han sido quienes han logrado que, dentro
de las limitaciones que citamos y que deben corregirse, casi
ocho millones de españoles se beneficien, por derecho
propio, de las atenciones económicas y sociales que les
presta el Estado.
|