“Ya estoy aquí”, famosa frase que
dijo, Tarradella, a su vuelta a Barcelona y que le reportó
noventa millones de las antigüas pesetas. Moneda por cuya
vuelta suspiramos todos los españoles para que, de nuevo,
sea nuestra moneda y mandar a hacer puñetas al euro que, a
los currantes, nos está hundiendo en la miseria.
Por culpa, culpita del euro, cada día somos más pobres. Y si
alguien lo duda que le pregunten, a las sufridas amas de
casa, cuando regresan del mercado sin traer nada y se han
dejado ciento cincuenta euros. ¡Con la de cosas que se
podían comprar con veinticinco mil pesetas!. ¡Que levanten
la mano, todos los que quieran que vuelva la “rubia”!. Por
favor, todos a la vez no y menos con tanta prisa, que le
podéis meter un dedo en un ojo al del al lado, dejándose
llevar por ese enorme deseo.
Bueno pues yo, como soy así que no de otra manera, voy a
decir lo mismo que dijo Tarradella, a ver si es posible qué
me den algo. No digo noventa millones de las antigüas
pesetas pero, al menos, veinte euros, que vengo más seco que
un volao en tiempo de poniente fuerte.
Sé, positivamente, que no me van a dar nada e incluso
algunos desearían que no hubiése vuelto, que de todo tiene
que haber en la viña del Señor.Lo siento, por ellos, pero ya
estoy aquí.
Por cierto ante de que se me olvide, que soy una jartá de
desmemoriado, presencié antes de marcharme,como una señora
caía al suelo al meter un pie en esa especie de arriate que
han dejado los que están haciendo la obra, frente al Centro
de Hijos de Ceuta, junto al estanco que hay al inicio del
paseo de la Marina.
Por suerte para la señora y porque voy a terminar creyendo
que los milagros existen, el coche que avanzaba frenó a
tiempo sino, a estas horas, estamos lamentado una auténtica
desgracia.
Y todo por la chapuza cometida por la empresa que está
ejecutando las obras, IPOCSA, al no haber realizado bien el
entronque en el paso de cebra.
Aquella chapuza de remate, es más propia de Pepe Gotera y
Otilio,”Chapuzas a domicilio”, que de una empresa, a la que
se le supone un reconocido prestigio en el ámbito nacional.
No ha sido la primera señora que se cae, por aquella chapuza
realizada en semejante lugar.Ya han sido varias las personas
que han dado con sus cuerpos en el suelo.
Hasta ahora no hemos tenido que lamentar ninguna desgracia
personal, pero el día que alguien caiga y el coche que venga
no le dé tiempo a frenar ese día tendremos, en Ceuta, una
auténtica desgracia.
¿Tanto trabajo cuesta hacer las cosas bien y reparar ese
entronque con el paso de cebra para evitar lo que,
desgraciadamente, puede suceder?.
La verdad, si el menda fuese algo en esa empresa, por el
bien y el prestigio de la misma no dudaría, un sólo
instante, en hacer las reparaciones necesarias, para evitar
lo que estamos apuntando.
La obra de la cometida de agua vale muchos millones, para
que, en ese lugar, se haya realizado semejante chapuza,
digna, de la genialidad de aquella serie de la tele que
realizaban “Manolo y Benito”.
Y, ahora, paso a contarle otra cosa de esas que te dejan
sumidos en mar de dudas, porque cuando te pasan, no sabes si
tomártelo a cachondeo o ponerte serio.
Resulta que le dicen a uno, que la operación paso del
Estrecho empezaba el día quince y que los billetes de barco
eran abiertos porque, cada quisqui, podía coger el barco que
mejor le viniese en ganas.
Pues nada, la OPE no empieza el día quince y lo del asunto
del billete no te vale para tomar el barco que te apetezca,
sino el que te corresponda según tu billete.
Como el asunto no tiene vuelta de hoja, sólo que da la
solución de “ajo y agua”. Frase muy aplicable a todos
aquellos ceutíes,que no realizan la OPE sino que,
simplemente, vuelven a casa.
Y es que, el asunto de la intercambiabilidad del billete,
manda tela marinera porque sólo supone el no poder hacerlo,
tal y como no hace mucho tiempo se realizaba, un problema
más añadido a los que tenemos que soportar.
En fin, a lo que iba, que al no poder embarcar por el asunto
de que, aún, no se había iniciado la OPE, me tengo que
comprar par de billetes para embarcar en el primer barco con
destino a Ceuta. Todo normal.
El problema empieza cuando me acerco a la ventanilla a
comprar el par de billetes. Entrego los documentos de
identidad y los tikets de residentes, solicitando la venta
del par de billetes.
La cosa debería ser de una facilidad enorme, me dan el par
de billetes, abono los mismos y a embarcar. No hay más.
Pues quien piense de esa forma se equivoca. La señorita me
empieza a hacer preguntas y más preguntas, que todas estaban
contestadas en los DNI. Sólo le faltó, a la chica, hacernos
las correspondientes fotografías, con el numerito en el
pecho, de frente y de perfil de ambos lados.
Me cabreo, suelto un taco. Oiga, mano de santo, me entrega
de forma rápida los billetes.
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