Siete y media de la tarde, Plaza de África espera, plagada
de público, la salida del tradicional Corpus Christi. El
magnífico ambiente creado por los padres, que esperan
ansiosos el momento en que sus hijos desfilen por las calles
ceutíes con sus trajes de comunión deja imágenes y momentos
para el recuerdo.
A las ocho en punto suenan las campanas de la Catedral y los
pequeños comienzan a salir del Templo. Las niñas lucen unos
bonitos peinados que sólo sirven de aperitivo para el
exquisito menú que los que tuvimos el privilegio de asistir
degustamos en nuestro interior, trasladándonos así a nuestra
infancia e incitándonos a ser niños de nuevo para poder
revivir ese inolvidable momento.
Tras los niños, quedaron representadas todas las Cofradías
ceutíes mediante la presencia en el cortejo de miembros de
todas éstas. A éstos le seguía el presidente del Consejo de
Hermandades y Cofradías de Ceuta, Jesús Bollit, quien daba
paso al Santísimo, que una vez más estaba portado por la
cuadrilla de La Flagelación. Un Paso que iba seguido de un
grupo de Sacerdotes de la ciudad, entre los que pudimos ver
a Francisco Rodríguez, Jose M. Lozano, quien recibió el
pasado sábado el rito de admisión a las sagradas órdenes por
medio de Monseñor Ceballos, el Vicario Francisco Correro
Tocón y David Gutiérrez, entre otros. Un colectivo, que con
su canto creaba un ambiente de paz para acompañar al Paso.
El Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús
Vivas Lara, portaba el Pendón de la Ciudad, el cual fue
trasladado minutos antes por el mismo, en compañía del
Delegado del Gobierno, José Genaro García-Arreciado y el
Comandante General de Ceuta, Luis Gómez Hortigüela, desde el
Palacio Autonómico hasta la Santa Iglesia Catedral. Entre
las autoridades pudimos ver al Viceconsejero de Festejos,
Juan Carlos García Bernardo, al Viceconsejero de Turismo,
Jose Antonio Rodríguez, a la Consejera de Sanidad y
Bienestar Social, Yolanda Bel, o a la Consejera de Cultura,
Mabel Deu.
Cerrando el cortejo estaba el Batallón de Zapadores y
Transmisiones, cuya banda ponía la música, que no podía
faltar en este exquisito momento.
El andar del Santísimo por Jáudenes... serio, correcto, y la
cuadrilla guiada por un capataz sereno con un excelente
quehacer. El fantástico equipo formado por los ya citados
completaron un muy buen recorrido, el cual no será fácil de
igualar.
A la salida de esta calle pudimos presenciar bonitas
imágenes debido a la puesta de sol contrastada con el blanco
colorido que recreaban los niños.
Por Paseo Colón, más de lo mismo, el Santísimo con un paso
ordenado, los militares con un serio caminar, la banda de
música interpretando bonitas piezas y los niños... con
alegría en los rostros y con ganas e impaciencia por llegar
a la alfombra de flores.
Ésta comenzaba en el Revellín, donde cientos de ceutíes
esperaban para ver a los más pequeños desfilar por el
coqueto decorado que ha recreado nuevamente la
Viceconsejería de Festejos de Ceuta.
Columnas romanas a uno y a otro lado de la calle
presenciaban imágenes para el recuerdo, donde el olor a
helecho y a flores se sumaba a una bonita tarde.
En Gran Vía, de nuevo una gran alfombra floral, en ésta
representadas, mediante sus escudos creados por serrín
coloreado, helecho y flores, la mayoría de las Cofradías de
la ciudad.
El Paso del Santísimo hacía su último tramo del recorrido,
como toda la tarde, sereno y ordenado. En éste se recreó
debido a las pocas ganas que había de despedirse, aunque
había que recogerse momentos antes de que anocheciera y
siguieron su camino hacia la Catedral, donde de nuevo,
cientos de ceutíes esperaban para poder ver de nuevo bonitas
imágenes en este día tan especial, un día en el que los
niños y la paz han sido los principales protagonistas.
Haciendo un balance general de lo que fue la jornada de
ayer, podemos decir que, con respecto al año anterior, han
sido menos los niños que han participado en esta tradicional
festividad, habiendo formado parte de la de este año un
número aproximado de 150.
Aunque la tarde, como ya hemos contado tuvo muchos
atractivos y estuvo marcado por el color blanco de la
mayoría de los trajes de los pequeños.
El año que viene, esperamos que los ceutíes apoyen de nuevo
esta tradición para intentar hacerla más grande poco a poco
y poder así incrementar nuestras costumbres.
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