Las conversaciones de los miembros de Batasuna con
representantes del PSOE en el País Vasco han venido a
romper, de manera oficial, las relaciones entre dicho
partido y el PP ruptura que ya, de hecho, se había producido
pero que, con toda solemnidad, se le ha dado carácter
oficial por Mariano Rajoy. Y García Escudero, portavoz de
este último partido en el Senado, ha venido a justificar tal
decisión al mencionar que José Luis Rodríguez Zapatero viene
mintiendo ya que, mientras proponía y alentaba el Pacto
Antiterrorista, hablaba con Batasuna a la vez que votaba la
Ley de Partidos y se la ilegalizaba así como mantener
contactos cuando el Tribunal Supremo sentenciaba que
Batasuna es una organización terrorista. Añadía, además, que
el Partido Popular, cuando tuvo conversaciones con los
etarras, lo hizo respetando el estado de derecho, no como lo
hizo y viene haciendo el PSOE.
Rodríguez Zapatero cuya obsesión es a nuestro entender el
acabar con el terrorismo al precio que sea, aun cuando ello
le pueda costar un importante descenso en su popularidad, se
lamenta de que Mariano Rajoy nunca le ha dado su apoyo,
afirma que abrirá el proceso de paz antes de que finalice el
mes de junio, recordando que a diferencia de la tregua de
1998, en los últimos años no ha habido ninguna victima
mortal de ETA.
Pero si se atienden las demandas de los miembros de Batasuna
que insisten (y, al parecer, solo tratándose estos temas
iniciarán las conversaciones para lograr la “liberación” del
País Vasco), pactar sobre la base de la liberación de los
“presos políticos”, la anexión de Navarra y la independencia
de su región, ya no se trataría “de iniciar conversaciones
para abrir un “proceso de paz”, por lo que nos preguntamos:
¿no supondría el pagar un precio político para ello?
Como espectadores que en este caso no podemos ser
indiferentes, tomamos parte por la integridad de la nación
sin que entendamos, por muchas razones que quieran
imponernos, una desmembración de España ni para convertirla
en una “nación de naciones” ni para reconocer la “realidad
nacional” de ninguna autonomía, aun cuando demos por bueno
el hecho diferencial de las regiones, su idioma, la que lo
tenga, y sus demás especificidades.
¡Qué diferencia de trato y sentimiento, por ejemplo, el de
Rafa Nadal, nuestro máximo representante deportivo en la
actualidad, cuando al recibir trofeo de ganador del “Roland
Garros” se emociona y le saltan lágrimas de sus ojos al ver
ondear su bandera, la de todos los españoles y oír el himno
nacional con la sincera emoción de quien se siente español
por encima de todo, no como estos que asesinan, extorsionan
y producen con sus explosivos daños en viviendas,
instalaciones bancarias o comerciales y que ahora proponen
unas conversaciones para lograr el desmembramiento de la
nación!. ¿Quien ha dicho que el mero hecho de acceder a la
celebración de conversaciones con Batasuna (ETA) no supone
un coste político para el Estado Español, cuando de antemano
se conocen sus propósitos?
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