¿Qué dicen ustedes? ¿Qué por mis
perversas y delictivas palabras me van a investigar y se me
va a caer el pelo? Pues vale, que se me caiga el pelo,
mayormente el del bigote, porque así me ahorro la depilación
por láser que cuesta un perraje y encima aclararé que me
paso a los “investigadores” por aquella parte de la anatomía
que, según las patiperras “se lava y se estrena”.
Servidora es española y para más INRI hispanorifeña es
decir, una buena mezcla entre los cojones de Mio Cid y la
testiculina del caudillo Abdelkrim y encima católica, por lo
que me está prohibido mentir para no pecar. Y como no soy
pecadora sino maruja y curranta muy virtuosa (mis amistades
siempre han comentado que yo soy poseedora de muchas
virtudes y muy mística) digo la verdad y mi verdad es
felicitar calurosamente al general Alfredo Pardo de
Santayana por alzar su copa apelando al Rey como “garante de
la unidad de España”, hago mías cada una de sus palabras y
si le van a sancionar apelo a todos los españoles, hombres y
mujeres de honor que siempre lucharemos por esa unidad para
que formemos frente común ante los traidorzuelos, los
cobardes y los chupapollas de los nacionalistas, con perdón
de la palabra.
Y suma y sigue, al teniente general del Ejercito de Tierra,
José MENA Aguado le costó el puesto recordar el artículo
PROHIBIDO de la Constitución, ese del que nadie nunca puede
hablar que es el que garantiza el papel del Ejército para
defender la unidad territorial de nuestra Patria. Existe el
artículo en la Carta Magna, pero Zetapé y los suyos han
prohibido referirse a el y la libertad de expresión y de
opinión de los militares españoles acaba estrictamente ante
cualquier alusión a la desintegración de España, a la
integridad de España o a la Unidad de España. También fue
sancionado el héroe Roberto González Calderón, español y
capitan de la Legión por haber escrito una carta a un
periódico denunciando “como se está desmembrando España”.
Y la culpa de todo la tiene el Gobierno, Zetapé y sus
muchachos, por no hablar claro y dejar las cosas aclaradas,
en primer lugar que, lo referente a la libertad
constitucional de expresión y al derecho constitucional a la
libertad de opinión no cuentan para los militares españoles.
Ellos no tienen derecho a las referidas libertades
mayormente porque a los Gobernantes les da susto que
alteren, conmuevan y enfurezcan al populacho que somos todos
y comencemos a hacernos preguntas inconvenientes, además hay
otra razón de peso que prohíbe que cualquier militar se
refiera a la Unidad de España y al papel del Ejército y es
que, los nacionalistas, esos renegados mierdosos, son encima
unos acojonados y le temen al Ejército Español más que a una
bala verde, le temen más o menos tanto como al Tribunal de
Cuentas y al Grupo Especializado en delitos económicos,
fraude, blanqueo y chanchullos de la Udyco y de la EDOA.
Hombres de honor, españoles de casta perseguidos y
sancionados por decir y opinar lo que todos los españoles
con vergüenza pensamos y opinamos, es más propongo que el
Gobierno, medroso y tembloroso ante los canallas
nacionalistas, convoquen un referéndum sobre la unidad de la
Patria y a los que respondamos “SI” a la unidad nos
sancionen con multas, inspecciones de hacienda y retirada de
puntos del permiso de conducir.
Pero no sufran, si para los socialistas (¡Hay que pena de mi
Felipe Gonzáles y de mi Alfonso Guerra esos españolazos!)
Cataluña es una nación, ahora nos enteramos de que “El PSOE
cede ante el BNG y defenderá que Galicia es una nación”
¡Coño! ¿Y nosotros que somos? Pues, como dirían mis adorados
Polluelos “Ceuta y Melilla, del toro las criadillas”
Tendremos que ser los testiculazos de una España de capullos
y arribistas, de cobardes y seguidistas, de cantamañas y
jilipollas, ni Ceuta, ni Melilla, ni Asturias, ni Cantabria,
Ni Aragón, ni las Baleares ni las Canarias, ni Valencia, ni
Andalucía quieren ser naciones sino partes fundamentales del
corazón único de nuestra España.
Eso si, de seguir así haremos reivindicaciones de que, la
barriada malagueña del Palo es una realidad nacional, con el
consiguiente conflicto entre los dueños de los pubs y de los
chiringuitos playeros, los chiringuiteros querran como
escudo una Santísima Virgen del Carmen sobre un espeto de
sardinas y los del Pubs a la estrella de los mares y
representado abajo un tanga de leopardo y una cabeza del
Camarón. Discrepancias muchas y verdades una sola, a esos
tres hombres de bien, españoles con honra, Alfredo Pardo de
Santayana, José MENA Aguado y Roberto González Calderón, el
testimonio de mi admiración más profunda, por valientes en
la época del entreguismo, por cabales en los tiempos del
mamonéo, por testiculones con testiculina en la época del
baboseo. Vuestras palabras son las palabras de muchos
españoles y todos nosotros ponemos nuestras manos en
vuestras manos, deseamos que Dios os bendiga y que Su luz
siempre os acompañe.
Y yo ¡Brindo por la Unidad de España! ¿Se animan a
acompañarme en el brindis?
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