Se trata del borrador de la nueva materia “Ecuación para la
Ciudadanía y los Derechos Humanos”. Contempla el mismo los
contenidos y los objetivos, y otorga a la asignatura una
triple dimensión: afectivo-emocional, de relación con el
entorno social más cercano y de participación institucional.
La actual ministra afirmó que la nueva materia, entre otras
cuestiones, enseñará a los alumnos a aprender a reunirse
desde pequeños, a disentir, “aceptando la opinión del
contrario” y a elegir a sus representantes. Reconoció, por
otra parte, que esta asignatura ha estado rodeada de una
gran polémica, pero insistió en que responde a un mandato o
directriz europea. “No es ninguna novedad ni una gran
originalidad porque existe en muchos países y, al mismo
tiempo, es una gran oportunidad de crear ciudadanos, muy
conscientes de sus responsabilidades”, aseguró.
El borrador difundido por el Ministerio recoge de forma
genérica los contenidos de la materia que se impartirán en
el tercer ciclo de Primaria (10-12 años), en uno de los tres
primeros cursos de la ESO (12-15 años) y en 4º de este mismo
tramo educativo (15-16 años).
Estos son algunos de los contenidos: primaria, entre otras
cuestiones, se abordarán la dignidad humana, los derechos
del niño y derechos humanos, el reconocimiento de las
diferencias de género y la convivencia en la familia, el
colegio y el barrio. Los escolares conocerán también
principios de convivencia a la luz de la Constitución y la
vida democrática. La identificación de los bienes comunes y
de los servicios que los ciudadanos reciben del
Ayuntamiento, la Comunidad o el Estado y su contribución a
través de los impuestos formarán parte del temario, así como
los hábitos cívicos relacionados con el cuidado del entorno.
Para la Secundaria Obligatoria; ESO: la dimensión humana de
la sexualidad, la familia y las relaciones entre hombres y
mujeres, la participación en el centro educativo, la
circulación vial y el consumo racional y responsable forman
parte de los cometidos propuestos. En el apartado de
derechos y deberes aparecen los conceptos de igualdad y
diversidad y el respeto a las opciones laicas o religiosas
de los ciudadanos.
Para cuarto de la ESO: los interrogantes del ser humano, el
pluralismo moral y las teorías éticas, la democracia y los
valores constitucionales, así como los problemas sociales
del mundo actual y la igualdad entre hombres y mujeres son
sugeridos para el currículum de este tramo educativo
obligatorio.
El diseño de los contenidos de la educación para la
ciudadanía ha reactivado las críticas de los sectores que se
mostraron más beligerantes con la LOE.
Por una parte, La Confederación Católica de padres (COCAPA)
alerta sobre “conflictos psicológico y social insuperable”
para los alumnos, por recibir una formación moral en casa y
otra distinta en el centro escolar y amenaza de nuevo con
ejercer la objeción de conciencia ante la asignatura, por
que “la imposición de los políticamente correcto por parte
del Gobierno y la intromisión en el derecho de los padres a
decidir la información moral de sus hijos son un llamamiento
a la rebelión ciudadana”.
Por otra parte, la Confederación Española de Centros de
Enseñanza (CECE) considera que la educación
afectivo-emocional que se recogerá en la asignatura de
Educación para la Ciudadanía pertenece al “estricto” ámbito
familiar, con lo que “sólo los padres tienen derecho a
determinar cómo se abordan estos temas”. Esta patronal
entiende que “mientras no se demuestre lo contrario,
seguiremos creyendo que puede existir una grave e
irresponsable intromisión en el campo de la conciencia
personal”.
La Federación Española de Religiosos de la Enseñanza
(FERE-CECA), en otra línea, con mejor predisposición, ve la
nueva materia como “un buen principio de inicio” para un
currículum “aceptable” de esta nueva materia. Hace falta
“pulir” algunas cuestiones. Sus objetivos se centran en la
necesidad de resaltar más el tema de xenofobia y la
necesidad de un diseño “más cíclico” de algunas cuestiones
que deberían repetirse en los distintos cursos con
diferentes niveles de concreción.
Con aplausos ha recibido la nueva materia la Confederación
de Padres (CEAPA), aunque puntualiza que “ha de tener una
dimensión práctica además de teórica”. Aboga porque se lleve
a efectos en la vida cotidiana del centro escolar, así como
con los padres, profesores y alumnos.
Por parte del Sindicato UGT también se mostró de acuerdo con
el perfil de la materia y defendió que sea evaluable porque
incluya “valores generales que todo el mundo debe conocer” y
añadió que “hay una diferencia con la asignatura de
Religión”, ya que ésta es sólo para un segmento de la
población determinado.
No podía estar de acuerdo el principal partido de oposición,
ya que advierte del “grave riesgo de adoctrinamiento” que
encierra la propuesta del Ministerio. Y añade que “sin el
respaldo de una disciplina científica, además del
adoctrinamiento, la asignatura perturba y degrada materias
tan necesarias y de tanta tradición como la Ética y la
Filosofía.”
El nuevo borrador de la asignatura estará listo antes del
verano y, según los responsables educativos, incluirá las
aportaciones de todos los sectores consultados (¿)
En relación con los temores expresados por todos aquellos
que los ponen de manifiesto, el Ministerio aseguró que
Educación para la Ciudadanía “no traspasará en ningún
momento” las competencias que corresponden a la familia, al
ámbito de lo íntimo y a las creencias religiosas. “Dejaremos
clara esa frontera y eliminaremos ese temor”.
Claro, que como viene siendo norma de todos los gobiernos,
mi opinión al respecto no es otra que no se moverá ni una
sola coma del actual borrador, a pesar de lo manifestado por
la Sra. Ministra: “La mayoría de los puntos aportados son
muy aceptables”.
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