La gente anda como loca festejando
la paliza que España le ha dado a la selección de Ucrania.
Los españoles estamos tan poco acostumbrados a que el equipo
nacional gane en un Mundial con tanta autoridad como
brillantez en el juego, que podemos caer en la temible
sobrevaloración de nuestras posibilidades y darnos de bruces
con la derrota más inesperada y que suele digerirse peor que
ninguna otra. Toquemos madera.
De momento, Luis Aragonés ha declarado que no le ha
gustado nada las dos ocasiones de gol concedidas a los
ucranianos cuando éstos estaban con diez futbolistas en el
campo. Lo que no hará el seleccionador, pues entonces se iba
a enterar de lo que es bueno, es cambiar de portero. Menudo
son los del grupo Prisa y la prensa madrileña en general, en
lo tocante a proteger al símbolo que se han inventado ellos,
por intereses económicos y de patriotismo del foro.
Tiene Casillas tanta publicidad en la prensa
madrileña, como Juan Luis Aróstegui en la de Ceuta.
Pero mientras el primero es agradecido con los medios, el
segundo escribe todos los jueves para vilipendiarlos.
He aquí lo que he creído conveniente entresacar de su último
artículo publicado en el sitio de costumbre y bajo el título
de ‘El dardo de los jueves’: “El férreo control de los más
importantes medios de comunicación, que ejerce el Gobierno
de la Ciudad con inusitado despotismo, es la piedra angular
del entramado del PP. Uno más entre los argumentos
suficientes para renovar su apabullante mayoría absoluta. Su
único y sacrosanto objetivo”.
Lleva razón Aróstegui cuando dice que el PP, de Ceuta, tiene
como objetivo fundamental ganar las próximas elecciones. Lo
cual es una obviedad que salida de su boca nos demuestra que
su cociente intelectual raya a menos altura que las
cualidades del portero madridista para solventar los
problemas propiciados por el juego aéreo.
¿Acaso el hombre del PSPC no tiene metido entre ceja y ceja,
desde hace ya muchos años, conseguir algunos diputados en la
Asamblea, estando al frente de un partido localista, en el
cual nadie cree por su culpa?
Pues bien, en vez de desengañarse de que los ciudadanos no
confían en él y así lo vienen demostrando en las urnas, cada
cuatro años, Juan Luis Aróstegui sigue empecinado en culpar
de sus fracasos a los medios de comunicación.
Es como si Casillas, un suponer, en vez de estar agradecido
a los medios por ocultar sus deficiencias y exagerar sus
acertadas intervenciones, escribiera que los periodistas
están conchabados con Cañizares y Reina para
denigrarle a él.
En el caso de Juan Luis Aróstegui hay que tener la cara de
cemento, mire usted, para calificar de corruptos a los
medios: porque no sólo es el que más espacios ocupa en
ellos, durante el año, sino que también tiene a su
disposición el periódico decano para arremeter contra
quienes le plazca a él.
Uno, que se precia de conocer las relaciones que se vienen
manteniendo entre los gobernantes y los periódicos, sabe lo
que sabe y hasta puede afirmar haber sufrido las censuras
correspondientes. Una situación que me ha hecho afinar en la
escritura y decir lo que me venga en ganas, aunque de manera
que no haya quejas de los políticos que están siempre
prestos a llamar al del lápiz rojo.
Y por tal motivo, sigo sin entender de qué se queja el
secretario general de CCOO y baranda de un partido fantasma,
que representa a unos pocos colocados a dedo, cuando
propala, una y otra vez, que los medios están vendidos al
Gobierno presidido por Juan Vivas. Pues de ser
así, de manera tan radical, no creo que él pudiera publicar
nada y, mucho menos, ‘El dardo de los jueves’.
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