La polémica saltó el pasado miércoles cuando un rotativo
local publicó que el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan
Vivas, paralizó en julio de 2005 un plan urbanístico para
permitir que una empresa privada desarrollara el mismo
proyecto que iba a ejecutar el Gobierno. Se trata del Plan
Especial Barranco Piniers, expediente iniciado en noviembre
de 2002 con el objetivo de instalar un vertedero y una
planta de inertes en este emplazamiento próximo al perímetro
fronterizo.
Juan Vivas, en declaraciones a los medios, afirmó que “no
era una obra pública”, sino que lo que existía eran “las
determinaciones urbanísticas que posibilitaban la
instalación de un vertedero de residuos sólidos”. El
presidente aseguró que la Ciudad está revisando el
expediente para no cometer ninguna imprecisión a la hora de
informar de lo ocurrido.
Vivas comentó que en un principio la zona estaba prevista
para ubicar un vertedero de residuos, e incluso se pensó en
un vertedero de residuos urbanos para toda Ceuta. Esa
primera intención se modificó por “razones obvias” ya que se
promovió la transferencia de residuos urbanos de Ceuta a la
Península hasta que no se contará con unas instalaciones
permanentes, “no en esa zona, sino en la zona de Santa
Catalina”.
Iniciativa pública
La Ciudad planteo la problemática de los residuos urbanos
como una iniciativa pública, en caso de que “no surgiera una
iniciativa privada” para llevarla a cabo. Una vez publicada
la aprobación inicial del Plan Especial llegó a la ciudad
una empresa, Makerel Medioambiental S.L, interesada en
gestionar el vertedero por su cuenta, “sin que el
Ayuntamiento tuviera que asumir ningún gasto”.
Conociendo el interés de esta empresa la Ciudad da marcha
atrás en la aprobación del Plan Especial a espera de que
ésta presente el proyecto. La Ciudad aún no ha tramitado la
autorización.
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