Nuria Tirado Orduña es una ceutí de 22 años que siempre ha
compaginado el deporte con sus estudios de educación física.
Entre los que ha practicado se encuentra la gimnasia
rítmica, aunque no le hace asco a ninguno.
Un día conoció la capoeira gracias a un amigo, quien le
enseñó la técnica y las distintas combinaciones de este
deporte. Después de la marcha de su amigo a Madrid, Nuria
decide formar una asociación, contituyendo así la
‘Asociación Juvenil Maçao Capoeira’. En ésta, varios jóvenes
se reunen tres veces por semana para aprender todo cuanto
puedan de este exótico arte marcial.
Para mejorar la técnica de sus alumnos, Nuria espera que un
profesor de Madrid venga hasta Ceuta para enseñarles más
cosas de esta lucha. En sus clases destaca, entre otros,
Sergio, un chico que ha evolucionado mucho desde que entró
en la asociación. Esto se lo debe a su profesora Nuria,
quien lucha a diario para que este arte marcial sea cada vez
más conocido y practicado en Ceuta, un lugar que aún
desconoce la capoeira.
La capoeira es una lucha desconocida por muchísimos ceutíes,
aunque gracias a las ganas y al esfuerzo que Nuria Tirado
pone en este arte marcial posiblemente sea pronto algo más
conocido en la misma.
Tras una vida muy relacionada con el deporte, nuestra
protagonista conoce la capoeira mediante un amigo. Éste le
enseña la técnica y las distintas combinaciones, cosa que
acerca a Nuria a esta exótica lucha y le hace profundizar
mejor en el deporte. Más tarde, quien le enseñó la lucha
cambió su residencia, trasladándose a vivir a la capital de
España, donde tuvo que viajar la joven Nuria varias veces
para instruirse más en este deporte.
Al ser la única persona en la ciudad que se interesaba por
la capoeira decide formar un grupo para constituir una
asociación, y así nace la Asociación Juvenil Maçao Capoeira,
que es una prolongación de una organización madrileña que se
dedica a practicar este deporte e impartir clases del mismo.
Asociación Juvenil Maçao Capoeira
Nuria crea este grupo para conseguir, a través de sus
divertidas clases, que este deporte siga en aumento en Ceuta
y que los más jóvenes se interesen por él y así llegue a ser
más conocido en la ciudad.
Los jóvenes se reunen en las clases, que se llevan a cabo
los martes y jueves de 17:00 a 18:00 horas. En las mismas se
aprende la técnica y las distintas combinaciones de esta
lucha. Los fines de semana también se reúnen para apliar lo
aprendido durante la semana.
Las clases se realizan con música brasileña debido a que
esta lucha necesita de ésta para sus movimientos y para
hacerla más atractiva. Entre esta música, destaca la
angolana, que es un ritmo lento y bajo.
Alejandro, Noelia, Javi, Alberto y Sergio son los alumnos
que asistieron el día de nuestra visita. El último lleva
nueve meses en la asociación y, según su profesora Nuria, ha
aprendido mucho y muestra una enorme evolución desde que
entrara en ésta. “Sergio ha evolucionado mucho desde que
entró en la asociación. Ha mejorado en los movimientos y en
la técnica de la lucha, cosa que le motiva a superarse día
tras día”, reconocía la profesora. El objetivo de Nuria es
seguir formándose en el deporte para posteriormente
enseñárselo a sus alumnos. Por ello está esperando que venga
un profesor de Madrid para que le ayude a enseñar a los
chavales. “Estoy esperando que venga un profesor de Madrid
para que me ayude a enseñar a mis alumnos y de paso espero
mejorar mi técnica”, comentaba nuestra protagonista.
Tras nuestra visita a un entrenamiento podemos decir que los
chicos se lo pasan en grande aprendiendo el deporte.
Historia del arte marcial
Los orígenes de este deporte se remontan al siglo XVI
aproximadamente cuando Brasil estaba bajo el dominio de
Portugal. Sus raíces vienen del país africano Angola, donde
los africanos hacían bailes con música. Con la esclavitud la
población desplazada a Brasil tuvo la necesidad de camuflar
este arte marcial haciéndolo parecer un baile, ya que los
portugueses les prohibían pelear o practicar cualquier tipo
de deporte.
Los esclavos se reunían en los asentamientos a practicar
capoeira que les servía en varios aspectos: para descargar
tensiones, para mantenerse en buen estado físico, para poder
defenderse y para simplemente seguir manteniendo sus
costumbres. Hubo grupos de esclavos que se escaparon de los
asentamientos y se agruparon en diferentes lugares. Estas
agrupaciones eran definidas por Portugal como "Quilombos".
El principal de estos quilombos se llamaba "Palmares",
fundado por Zumbi, auténtica leyenda de la lucha por la
libertad y que para el imaginario oral transmisor de las
tradiciones de la capoeira se configura como el padre de
este arte. El quilombo de Palmares llegó a contar con una
población de unas 5.000 personas y fue un verdadero reto
para el gobierno colonial portugués el someterlo. Otro de
los renombrados quilombos fue el de "Macaco", de ahí deriva
la palabra que significa mono en portugués, además de ser el
nombre de un movimiento de fuga en Capoeira. Estas luchas se
desenvolvía en campos con pequeños arbustos llamados
capoeira, de donde proviene el nombre de la lucha.
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