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SOCIEDAD - LUNES, 12 DE JUNIO DE 2006


acto de la legión. nicol's.

EJÉRCITO / personal
 

Una legión de extranjeros

Cada año son más los extranjeros que solicitan su entrada en los cuerpos del Ejército. Defensa oferta 510 plazas nuevas
en el sexto ciclo de selección del año
 

CEUTA
Mada M. y Verónica Fernández
local
@elpueblodeceuta.com

Cada año crece el número de solicitudes para ingresar en el Ejército profesional español; y crece también entre los extranjeros que encuentran en las tropas una salida profesional con amplias posibilidades. El último cupo ofertado por el Ministerio de Defensa ofrece 510 plazas para extranjeros, correspondiente al sexto proceso de selección de 2006: 299 para Tierra; 127 para la Armada; y 84 para el Ejército del Aire.

Desde que en 2002 se profesionalizaron las Fuerzas Armadas españolas, el Ejército ha sido cada vez más receptivo con el colectivo inmigrante, sobre todo con el de habla hispana. El por entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, posibilitó la incorporación de los extranjeros que llevaran dos años residiendo en el país en La Legión, la Brigada paracaidista y la Armada, tres de las unidades más competitivas. En la Bripac, alrededor de un 30 por ciento de los soldados son extranjeros.

Tras la llegada al Ministerio de Defensa de José Bono -y su sucesor en el cargo, José Antonio Alonso-, se espera que se incrementen los porcentajes de admisión y se amplíen las unidades, en parte por el incremento de la demanda.

El pasado año, cerca de 2.500 extranjeros entraron en las filas del Ejército, la mayoría de origen hispanoamericano y guineano, que en un futuro pueden llegar a ser mandos del Ejército si continúan con la carrera militar.

Los requisitos de entrada se estipulan en el Real Decreto 1244/2002, el Reglamento de acceso para extranjeros a la condición de militar profesional de tropa y marinería. Tener la nacionalidad española o ser extranjero con residencia legal en España; tener cumplidos al menos 18 años de edad en la fecha de incorporación, y no haber cumplido los 28 años; medir más de 155 centímetros y menos de 203; carecer de antecedentes penales y no estar privado de los derechos civiles; o no tener adquirida la condición de objetor de conciencia. Estos son parte de las condiciones que se exigen.

‘Países hermanos’

Existe además un listado de países “que mantienen con España especiales y tradicionales vínculos históricos, culturales y lingüísticos”. Bolivia, Costa Rica, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, Guinea Ecuatorial, México, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela o Argentina son algunos de ellos.

De este último país es Facundo Ferrer, un joven soldado miembro del Tercio Duque de Alba, 2º de La Legión. Un argentino que se emociona cuando escucha el himno español en los ‘Sábados legionarios’.

Residente en Ceuta desde hace algo más de un año, este joven de 21 años entró en La Legión porque era el único cuerpo que no exigía tener estudios aunque ahora se está preparando para acceder a la academia de la escala básica. Tiene claro que su futuro está en el Ejército aunque no sabe en qué unidad: “el Ejército del Aire es algo que tengo en la cabeza pero nunca lo he hablado con nadie, de momento voy a estudiar y luego ya veremos”.

Llegó a La Línea de la Concepción procedente de la provincia de Corrientes, en la frontera con Paraguay, Brasil y Uruguay, en 2005 para reunirse con sus padres que llevaban en España desde 2002. Toda su familia está ahora aquí y dice no echar de menos Argentina “porque siempre escuché hablar de España en casa, mis abuelos son de aquí y tenemos mucha familia en Tenerife así que el cambio no ha sido tan fuerte, España es mi otra patria”.

Su entrada en el Ejército fue casual ya que no hay tradición militar en su familia “aunque siempre fue una opción que estuvo bien vista”. No estaba contento con el trabajo que tenía en La Línea “ni con lo que ganaba” así que decidió alistarse. “En un principio fue por la seguridad que te brinda, por el contrato, pero ahora estoy muy contento aquí y quiero quedarme en el Ejército como permanente”, explica. “Vives sólo para el Ejército pero a mí me gusta”, afirma sonriente este joven soldado que recomienda sin dudarlo que la gente se aliste al Ejército: “que se hagan militares, que entren en La Legión o en cualquier otra unidad”.

Debió hablar tan bien de la vida castrense que su hermano siguió sus pasos y está destinado en Córdoba aunque reconoce que esta opción nunca se la habría planteado en su Argentina natal: “allí es muy diferente, no se trata a los militares como aquí, la sociedad no quiere al Ejército por la historia reciente del país y los militares no están bien vistos. Allí ser soldado es mucho más duro”.

Reconoce que al llegar le hablaron de la dureza de La Legión pero asegura que no es tan fiero el león como lo pintan, que ya no es como antes: “todas las películas que cuentan de La Legión no son ciertas”.

Adaptación

A pesar de ser países hermanos, el soldado Ferrer encuentra bastantes diferencias entre España y Argentina, una de ellas se refiere a la mezcla de culturas ya que confiesa que nunca antes había vivido con musulmanes. Tampoco la vida es igual: “en Argentina la gente no puede salir ni hacer compras ni nada porque no tiene dinero. No podías coger tu coche e irte a la playa pero aquí vas con tus amigos, puedes salir, puedes viajar... Las oportunidades que te brinda España se prestan a eso”. Con respecto a la inseguridad en el día a día en el país sudamericano explica que ésta sólo se da en Buenos Aires y en las ciudades más grandes: “donde vivía yo no porque era una ciudad pequeña; lo que más había eran drogas y traficantes porque estamos en la frontera con Brasil pero nada más”.

La comida es algo a lo que no se acaba de acostumbrar aunque confiesa que se vino con mucho mate en la maleta: “no me gustan los pescados ni los mariscos ni el jamón. La comida no está mal pero lo que pasa es que no me acostumbro, es muy diferente pero en maniobras tengo que comer de todo porque si no...”.

El hecho de ser extranjero no le ha supuesto ninguna dificultad para integrarse a la perfección tanto en la sociedad española como en la vida diaria en el cuartel donde ha hecho muchos amigos con los que se va de viaje cada vez que puede.

Con respecto a la presentación de sus respetos a los símbolos españoles tales como la bandera o el himno asegura que no sólo no tiene ningún problema sino todo lo contrario: “yo tengo 21 años y 19 de mi vida los viví en Argentina pero toda mi vida siempre escuché a mis abuelos y a mis padres hablarme de España. A veces, cuando estamos en un ‘Sábado legionario’ o lo que sea hasta me emociono porque siempre he tenido a España en mi cabeza”.
 

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