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OPINIÓN - VIERNES, 9 DE JUNIO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Guirilandia
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Ustedes son de naturaleza oliscona? Me refiero a si les gusta enterarse de chismes y novedades, algo que los de la barriada del Palo llamamos “oler” que aquí se dice “golé” y a los que “guelen” se les denomina “goleóres” en el habla autóctona de este barrio marinero. ¿Qué por que se llama el Palo? Dicen y cuentan los más viejos que, allá por el siglo XVIII o XIX huno una enorme tempestad y un navío naufragó, los únicos restos que quedaron del bergantín fue el enorme palo donde iba sujeta la vela que llegó llevado por la mar a una playa al este de Málaga y fue un acontecimiento. La gente decía “Vamos a ver la playa del palo” y acudían a presenciar la existencia de la madera sobre la arena. Y así quedó el nombre, playa del palo, que se extendió a las casitas de pescadores que vivían a la vera de la arena con sus jábegas que son las embarcaciones de origen fenicio en las que, todavía se pesca.

Hecha la aclaración les diré y les contaré que, desde hace unos veinte años comenzó en la ciudad de Málaga un fenómeno migratorio-intelectual al que se ha dado últimamente por llamar “turismo de idiomas” y nuestras autoridades se dan mucho pisto con la llegada de estudiantes extranjeros. Al principio tan solo existían para impartir clases de español el Club Hispánico que montaron un grupo de profesores de alemán e inglés y los cursos de la Universidad. Luego se vió el negocio y comenzaron a proliferar pequeñas escuelas de idiomas, traían a un par de guiris alemanes que supieran español y a un inglés bilingüe y les ponían de maestros de los estudiantes, requisitos los mínimos y oferta de sol, playa, botellón y espetos de sardinas al tiempo que se aprende a chapurrear el idioma de Cervantes.

El problema del alojamiento de los estudiantes que se captaban mediante anuncios en universidades extranjeras se palió con el eufemismo de “familia acogedora” es decir, que se le paga a una familia por tener a un huésped extranjero y proporcionarle cama, desayuno y cena o almuerzo, amén de clases gratis de conversación en español y convivencia con una familia española. En un principio hubo recelo porque nadie parecía dispuesto a meter a un huésped guiri en sus vidas, pero en Málaga y en toda España, a lo largo de los distintos gobiernos de la Nación ha aparecido una nueva clase media tremendamente empobrecida por las hipotecas y la usura bancaria, una clase media que gusta de guardar las apariencias y del “quiero y no puedo”, compuesta tanto por familias convencionales como por divorciados y divorciadas o jubilados y jubiladas aún más pobres si cabe. Se desaloja una habitación y a cambio de unos quinientos euros al mes metes a un guiri en tu vida. La escuela es la que paga y hay muchas casas en Málagas cuyo único sustento es tener a tres o cuatro guiris como huéspedes , que no es nada fácil, se lo juro, porque hay veces que, el nuevo alojado se integra y se hace amigo de la familia, pero hay otros que llegan en plan prepotente, como a un hotel, que vistos los escasos ingresos que perciben las familias sería más bien una fonda moruna, comen como limas, para aprovecharse al máximo, asaltan la nevera y son altivos y desagradables. Eso depende también de la nacionalidad y de la educación que traiga aparejada cada cultura. Los japoneses que vienen a aprender español y a los que imparten clases en inglés de no tener a un japonés hispanoparlante como maestro, son exquisitos, pero tienen el problema de la utilización del cuarto de baño, porque se lavan con una especie de paños calientes, hacen un ritual de sus abluciones y tardan horas. Los americanos son exactamente igual de simpáticos, generosos y amables que los españoles, con los franceses no hay gran problema, pero los que son un petardo son los alemanes. Comen fatal. Normal, en su tierra de ellos nada más que comen comistrajos, no saben utilizar los cubiertos y vienen, por lo general a aprovecharse de todo al máximo, hasta “exigir” que se tengan horas de conversación con ellos por parte de la familia receptora para ampliar su vocabulario gratis. A eso llegan: a todo gratis. Hasta las botellas de agua las rellenan en casa de la familia para ahorrarse tener que comprarlas en el supermercado. En fin, que en Málaga hay una crónica guirilandia que nuestras autoridades llaman pomposamente “turismo de idiomas”, que no suelen dejar ni un puto duro, que gastan lo mínimo pero que salvan de la hambruna a muchas familias empobrecidas y hacen ganar dinero a quienes alquilan pisos por camas. Ya ven, yo siempre he apostado en Ceuta por potenciar el turismo de idiomas, porque los estudiantes, algo de dinero se dejan, aprovechan las playas y el clima y son un medio de vida para muchas familias que tienen que aguantar a esos coñazos y a sus pretensiones de que se les den clases de español por la cara, por tal de sacar una renta mensual de subsistencia.

¿Les gustaría a ustedes montar una guirilandia en Ceuta? La infraestructura, el clima y la calidad de vida las hay, haber si algún empresario se pone las pilas y se monta el invento.¿Ven? Ya hemos “golío” en el tema del turismo de guiris, a este paso vamos a hacer un hermanamiento espiritual entre ceutíes y paleños, porque, a “goleares” no hay quien nos gane.
 

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