Un señor muy enfadado me ha
parado, en la mañana de ayer por la calle, para recriminarme
lo que le digo al presidente de la Ciudad, sobre el asunto
de solicitar a los empresarios que les den puestos de
trabajo a los ceutíes mientras, según las lenguas de doble
filo, dicen que se ha traído un señor de fuera para ocupar
un carguito bien renumerado.
Entre otras cosas, en la vida, saber leer no es juntar
letras, sino entender y comprender el sentido y significado
de lo que se está leyendo. Usted, querido amigo, no sabe
leer.
En ningún momento, en mi escrito, he afirmado que sea cierto
lo de que se ha traído a ese señor a ocupar ese puestecito
bien renumerado. Sólo me he hecho eco de los comentarios que
hay en la calle sobre el asunto. Y que si eso era cierto, la
traída de ese señor a ese puestecito bien renumerado, me
parecía una incongruencia el solicitar de los demás lo que
nosotros no hacemos.
Pero ya que estamos en plan de aclarar, lo que traiga el
Partido Popular o lo que deje de traer es problema del
mencionado partido, al que no pertenezco.
Cierto es que tengo amigos en el mencionado partido, a igual
que los tengo en el PSOE o en IU, lo que no quiere decir que
comparta, siempre, sus ideas y esté de acuerdo en todas
cuantas determinaciones tomen, por la sencilla razón de que
voy de libre por la vida sin depender, absolutamente, de
nadie.
Del mismo modo, también es cierto que, en ocasiones he
salido en defensa de algunos de estos amigos porque, en
conciencia he creído que era de justicia hacerlo ante las
críticas injustamente recibidas, desde mi particular punto
de vista, personal e intransferible.
Uno de esos amigos, al que en más ocasiones he defendido e
incluso le he enviado avisos de lo que le podía pasar si
tomaba ciertas determinaciones, a sido a Juan Vivas.
Y lo he hecho por amistad con su persona, sin importarme
para nada el cargo que ocupa porque, al contrario de otros,
nada le debo ni nada le voy a pedir que me pueda favorecer.
Jamás, a lo largo de toda mi vida incluidos los cincuenta
años largos que llevo dedicado a los medios informativos,he
pedido a nadie, absolutamente, nada que me pueda
favorecer.Todo lo que soy, si es qué soy algo, se debe a mi
esfuerzo personal.
Y ya que estamos, mi querido amigo, metidos en harina vamos
a clarar ciertas posturas, para despejar cualquier duda que
le pueda quedar.
Haciendo caso a las lenguas de doble filo, sobre la llegada
de cierto personaje para ocupar un puestecito importante en
la Ciudad Autónoma de Ceuta, bien renumerado, como no podía
ser menos, me voy a tomar, nuevamente, el atrevimiento, por
la amistad que nos une de avisar a Juan Vivas, que me haga
caso o deje de hacermelo, ese va a ser su problema porque,
la llegada del personaje, le va a dar más de un problema.
Por principio no entiendo como, Juan Vivas, ha podido
aceptar esa más que posible llegada de ese personaje para
ocupar un puestecito importante en la Ciudad Autónoma de
Ceuta, ganando una pasta gansa a sólo un año de las
elecciones.
Si yo fuese el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta,
aún siendo menos inteligente que, Juan Vivas, jamás nadie me
iba a imponer a ningún personaje de su cuerda y, mucho menos
le iba a permitir tomar decisiones que sólo son de mi
competencia.
Puede que , Juan Vivas, sea más político que servidor, pero
le falta algo que al menda le sobra, el aprendizaje en la
mejor universidad del mundo, la universidad de la calle, que
te enseña, con simplemente echar un vistazo, a conocer a los
personajillos por mucha careta que lleven puesta.
Al menda, no le cuelan un submarino, ni aunque el submarino
sea el de la canción o sea el submarino amarillo. Ese se lo
traga con papas en amarillo, para que haga juego, el que me
lo intente colar.
Además iba a disfrutar como un cosaco, enfrentádome al
personajillo, politiquillo de medio pelo, que me quisiese
colar de rondón un submarino, para poder saber, a cada
momento, hasta cuando me cambo de camisa. Cómo iba a
disfrutar, serrana del alma mía, jugando con el inútil que
me intentase engañar.
Y el no va más,sería que ese submarino que intentasen
colarme de rondón, trajese pintado en la proa, un puño
cerrado agarrando un capullo, porque eso sería tanto como
meter a un zorro en un gallinero. Todavía mire usted, amigo
guardia, hasta podría aceptar que el submarino, por el cargo
y al partido que represento, en el caso que fuese como, Juan
Vivas del Partido Popular, que en la proa tuviese pintada
una gaviota pero, jamás, aceptaría en submarino del puño
cerrado con la rosa porque no tendría razón de ser.
Claro que si, el partido Popular, mantienen a personajes del
GIL en buenos puestos con pasta gansa, por qué razón no se
va a meter un submarino del puño y la rosa al lado de Juan
Vivas.
Qué pensará, Javier Arenas, de este asunto ¿Y Madrid?. Bien,
gracias.
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