Hoy a las 20 horas finaliza el plazo para presentar ofertas
para la compra de la empresa Acuicultura de Ceuta S.A., cuyo
precio inicial de venta parte de 2.400.000 euros. Ante la
variedad de ofertas recibidas, la empresa decidió establecer
un procedimiento abierto para decidir la mejor oferta de un
modo transparente. La forma de compra, aún admitiéndose en
principio cualquier variedad, debe estar convenientemente
garantizada y la oferta no debe ser nunca inferior a la
cantidad fijada.
En un plazo de diez o quince días a partir del cierre de la
convocatoria, el Consejo de Administración de Procesa
determinará qué oferta es más interesante para la empresa y
la ciudad, atendiendo a criterios objetivos que no tienen
por qué estar vinculados a la mejor propuesta económica,
sino a la que convenga más a los intereses generales de la
Ciudad. Estos intereses estarían medidos, entre otras
cuestiones, por la posibilidad de generar empleo, la oferta
de un servicio poco frecuente o el desarrollo de una
actividad necesaria para el crecimiento de empresas
complementarias. La cantidad de ofertas presentadas, a falta
de sorpresas de última hora, podría oscilar entre una y tres
propuestas.
Acuicultura S.A.
La empresa pública de Acuicultura de Ceuta se creó con la
finalidad de lograr una producción constante de dorada y
lubina, dos de las especies con más tradición en la
acuicultura española y cuyo desarrollo era, ‘a priori’, el
menos arriesgado. Acuicultura de Ceuta comenzó su producción
con 2 millones de alevines, fundamentalmente de dorada. Sin
embargo esta empresa no consiguió colmar las expectativas de
producción deseadas por lo que, tras una auditoría técnica
que probó que no se estaba explotando de forma equivocada y
ante la imposibilidad de encarrilar la producción, se optó
por cerrarla, según aseguran fuentes de Procesa.
La auditoría, asesorada por la empresa Tinamenor, una de las
más asentadas del sector, resuelve que no existe ningún
elemento objetivo que explique la poca regularidad de las
producciones. Sin embargo es un hecho que, la mala gestión
de esta empresa, de la que aún se cobran sueldos a pesar de
que hace tiempo que dejó de funcionar, es uno de los
principales argumentos que maneja la oposición para criticar
la gestión de Vivas. Y es que la acuicultura y todo el
oscurantismo que hay en torno a ella no ha sido un buen
negocio para Ceuta.
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“La Ciudad no depuró responsabilidades”
La empresa de acuicultura es, para
el principal partido de la oposición, la UDCE, “un caso
especialmente grave del que aún no se ha depurado ninguna
responsabilidad”. Para Mohamed Alí, la operación más grave
referida a esta empresa pública fue cuando, durante la
presenta legislatura, el Gobierno solicitó un préstamo de
400 millones de pesetas para tratar de refinanciar la
piscifactoría y sacarla a flote, amparándose en un informe
del CES que la consideraba una empresa deficitaria. La
propuesta se aprobó sólo con el voto a favor del PP y
contando con la desaprobación de la oposición que
consideraban la operación “temeraria”. Al cabo de tres meses
la empresa se declara en quiebra “habiéndose perdido toda la
suma y sin mediar responsabilidades”.
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