Las playas de Ceuta, en cuanto a
equipamientos, poco tienen que envidiar a las del resto de
la costa de nuestra geografía española. Mentalizándonos de
que la tipicidad de nuestras playas dada nuestra peculiar
orografía no es precisamente arenosa -véanse, si no, las
ubicadas en la bahía norte y en las que circundan el monte
Hacho-, solemos los ceutíes sacar buen provecho de estos
balcones al mar. Distinta imagen muestran las que vemos en
la bahía sur que han sido regeneradas con el sustrato de los
arenales del fondo marino de la zona Benítez-Benzú y que
ofrecen quizá el típico cliché playero al uso aderezado
ahora con el completo servicio proporcionado mediante los
trabajos tanto de la Consejería de Medio Ambiente como de la
Viceconsejería de Dotación y Servicios.
Ceuta puede y debe dar, también, la imagen de ciudad
atractiva para el turismo de sol y playa. No sólo por el
espacio lúdico que significa el Parque Marítimo del
Mediterráneo como gran motor de esta filosofía turística,
sino también por lo que representan los kilómetros de costa
ceutí convertidas en atractivas calas o playas con todo tipo
de servicios, como las que acogerán este verano el baño de
ceutíes y visitantes.
Limpieza, seguridad, ocio... el presidente de la Ciudad
Autónoma contempló la imagen de las distintas playas ceutíes
y consideró el problema de las medusas como una de las
importantes amenazas para la tranquilidad de los bañistas.
Es lógico pensar que la experiencia del pasado año haya
servido para adoptar medidas tendentes a minimizar en lo
posible los daños ocasionados por la Pelagia Noctiluca cuya
masiva presencia vuelve a ser evidente en nuestras costas.
Poblaciones del levante y de baleares han encontrado alguna
metodología que bien pudiera ser aplicada en Ceuta. Una red
y las constantes batidas de embarcaciones para la limpieza
de la superficie pudieran no ser suficientes.
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