El último portador de la antorcha que encendió en pebetero
de los Juegos del Estrecho fue Guillermo Molina, eso es
sabido por todos, pero lo que no muchos conocen es la odisea
que el waterpolista ceutí hubo de recorrer para llegar a la
hora exacta al encuentro del fuego de los Juegos.
Susana Román, directora gerente del IDC, asegura
literalmente que: "Le secuestramos y le subimos en un avión
el mismo viernes, luego un helicóptero que le trajo a Ceuta
a las nueve de la noche y del helipuerto en un coche
directos al Murube." En el Murube recogió descalzo el
testigo que le entregaron Díaz Flor y Lourdes Carrasco y
recorrió el césped acompañado de los niños.
El waterpolista , a pesar de estar concentrado con la
selección para disputar una serie de amistosos con vistas a
la celebración de la Copa del Mundo, no quiso renunciar a
estar en el evento más importante del año, y para ello
asumió la carga de trabajo adicional que hubo de realizar en
Barcelona el viernes por la mañana.
Al no estar presente en el entrenamiento de la tarde, hubo
de comerse 3000 de natación para cumplir con la carga de
trabajo asignada por el preparador nacional Rafa Aguilar.
El sábado por la mañana, en el primer vuelo el de las ocho,
Willy regresaba a la península, al CAR de Sant Cugat, para
continuar con la dinámica de preparación del combinado
nacional, en vistas la Copa del Mundo que se va a celebrar
en Budapest, del 13 al 18 de este mes, donde España debutará
ante la selección de Serbia-Montenegro a las siete de la
tarde del primer día de competición.
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Un deportista que rompió las previsiones
Guillermo Molina Ríos, que nació
el 16 de marzo de 1984, y tras cinco años formando parte del
combinado nacional es una de las piezas claves de la
selección española de waterpolo. Sus excelentes condiciones
físicas y una inteligencia privilegiada en el agua le han
convertido en una de las grandes esperanzas en el futuro de
nuestro deporte.
¿Quién se podía imaginar que un chaval de tan sólo 15 años y
nacido en Ceuta podía triunfar en la División de Honor del
waterpolo español? Guillermo Molina rompió con todas las
previsiones.
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