El foso de las Murallas Reales podría estar dando nuevos
síntomas de cerrarse. Pescadores y aficionados a la
navegación en embarcaciones de recreo han percibido el
tránsito de arena bajo el agua, llevado por las fuertes
corrientes. “Se percibe un tono blanquecino o amarillento,
prueba de la arena que fluye por debajo. Un par de levantes
fuertes en verano y tendremos el foso como antes”, comenta
uno de estos usuarios.
Todos los usuarios del Foso Real consultados (cofradía de
pescadores, asociación de usuarios del puerto deportivo y
responsables del barco turístico ‘El Desnarigado’) coinciden
en señalar que el espigón habilitado entre la playa de la
Ribera y el foso de San Felipe no es el adecuado. La opinión
generalizada es que se trata de un dique demasiado corto y
su parte sumergida es poco eficaz para evitar el paso de las
partículas de arena, que atraviesan con facilidad este
obstáculo por arriba.
El trabajo de las dragas, tanto la ‘Alaska I’, como la más
pequeña y manejable ‘Real San Fernando’, ha sido, en opinión
de estos navegantes que cruzan el fosos prácticamente a
diario, “incompleto y quedaron zonas sin limpiar”.
Esta impresión, sin embargo, parece difícil a tenor de las
batimetrías realizadas al finalizar el dragado y que, según
el Jefe del Sevicio de Costas de Málaga, Juan Fernández
Rañada, los resultados confirmaban que, en ese momento, el
foso tenía un mayor calado que cuando se realizaron las
mediciones antes de su cierre.
Foso de San Felipe
El Foso de las Murallas Reales ha permanecido cerrado o con
el tráfico restringido durante casi tres meses, hasta
mediados de marzo. Las obras de limpieza comenzaron con la
llegada de la draga ‘Alaska I’, procedente de Algeciras.
Esta draga tuvo más dificultades de las esperadas debido al
mal tiempo y a que no podía llegar a las zonas de menor
calado ni a las cercanías del muro. La segunda draga, la
‘Real San Fernando’, de menores dimensiones, tampoco
conseguía rematar un trabajo que en ocasiones parecía
imposible de realizar.
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