La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta, con el
corazón dividido entre la alegría de haber podido
reencontrarse con la Blanca Paloma y la tristeza de un
“hasta el año que viene”, regresó a nuestra ciudad ayer
lunes alrededor de las 18:00 horas, después de la
peregrinación realizada este año.
Nuestro rotativo, puesto en contacto con diversos hermanos
de la Hermandad ceutí, pudo saber que este Rocío ha estado
marcado por grandes momentos de emotividad y solemnidad
desde que iniciaran el camino hasta la aldea almonteña.
Con una afonía colectiva y cansados por los intensos
momentos vividos, los rocieros ceutíes regresaron a nuestra
ciudad con la retina llena de bonitas y emotivas imágenes
tras vivir uno de los reencuentros más largos en los últimos
años con la Reina de las Marismas.
Este reencuentro puso el broche de oro a una de las mejores
peregrinaciones realizadas, ya que la lluvia fue piadosa con
la Hermandad ceutí, desapareciendo y no haciendo acto de
presencia, durante el camino y la acampada, donde se pudo
vivir una noche más que agradable.
Antes que los almonteños saltaran la reja, las 103
hermandades filiales, acudieron al tradicional rosario que
se realiza a partir de la media noche.
Tras dicho rosario, los rocieros ceutíes se desplazaron
hasta la casa para esperar ansiosos el salto de la reja y
vivir, un año más, ese intenso y emotivo reencuentro con la
Blanca Paloma.
Y fue a las 3:05 horas cuando los almonteños saltaron la
reja, después de estar esperando desde la medianoche, dentro
de una ermita de El Rocío repleta de gente, a que llegara el
estandarte de la hermandad matriz de Almonte, la señal para
el comienzo de la procesión de la Virgen del Rocío.
Destacar que la salida de la Virgen se ha adelantado este
año nueve minutos respecto a 2005, cuando el salto se
produjo a las 3:14 de la madrugada, también recién terminado
el Rosario.
Los almonteños no han dejado siquiera que el simpecado
llegase al altar de la ermita, ya que nada más entrar
procedieron a saltar la reja y tomar las andas de la Virgen.
Desde ese mismo instante, el alcalde carreta y todos los
miembros de la Hermandad ceutí con la hermana mayor, Amparo
Benedito, a la cabeza aguardaban con impaciencia la visita
de la Virgen del Rocío, la cual hizo acto de presencia a las
5:30 horas, queriendo este año premiar a la hermandad ceutí
por su gran trabajo a lo largo del año con una visita de más
de diez minutos ante el Simpecado caballa, y acercándose
tanto al mismo que incluso muchos de los rocieros ceutíes
pudieron tocar los varales del paso que portaba a la Blanca
Paloma, algo que prácticamente es imposible de realizar.
Durante todo este tiempo, los rocieros ceutíes entonaron la
Salve, una salve que sonó hasta tres veces desde las ya
afónicas gargantas caballas, y que sirvieron para agradecer
a la Virgen del Rocío y al Pastorcito Divino la visita
realizada.
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