Consultores de Organizaciones Profesionales y Empresas,
S.A., nació como consecuencia de la inquietud surgida por
unos profesionales, todos funcionarios de la antigua
Organización Sindical, ante la incertidumbre e inseguridad
que generaba la muerte del General Franco respecto de sus
puestos de trabajo. Todo al final se solucionó, como no
podía ser de otra manera, destinando a los empleados
públicos citados a distintas dependencias oficiales, unos
reclamados por los directores y otros enviados “de oficio” a
sus nuevos centros de trabajo. A decir verdad, no conocemos
a ninguno de nuestros antiguos compañeros que hubiera sido
mal recibido o tratado en sus nuevos destinos, aunque
también es cierto que todos, tanto los de la Administración
General del Estado como quienes pertenecíamos a la
Administración Institucional de Servicios
Socio-Profesionales (AISS) organismo creado tras la muerte
del Jefe del Estado, habíamos jurado en nuestra toma de
posesión, tras las oposiciones correspondientes, los mismos
Principios Fundamentales del Movimiento Nacional.
Pero a lo que vamos: Manuel A. de Castro Meijide (que fue
reclamado por la Delegación del Gobierno donde se le asignó
el cargo de Secretario General) hombre inquieto, cabal en
cuanto a su entrega por los demás, amigo leal y funcionario
ejemplar, nos prometió la idea de crear Consultores y cubrir
así nuestro futuro laboral, caso de que no resultaran
positivas las gestiones para nuestra integración en la
Administración del Estado que se venían realizando.
Contactamos después con Rafael Sánchez de Nogués y José Luis
Morales, de los que hay que resaltar también su prestigio
profesional, los dos del Cuerpo de Letrados Sindicales, se
redactaron los Estatutos, registramos la Sociedad y se creó
CO. PE. SA, para cuyo logotipo escogimos el aspa del total
de las máquinas calculadoras (queríamos hacer de todo) y que
contemplaban como principal actividad la realización de
cuantas cuestiones se refirieran a la constitución de
empresas y asociaciones, así como gestiones de seguridad
social, impuesto de la renta, del patrimonio, contabilidades
de empresas y asociaciones, intervención y defensa en todo
lo que abarcara la legislación mercantil, civil, penal o,
inclusive, criminal. Posteriormente se asoció a la empresa
el abogado Antonio Torres.
Iniciadas las actividades de la empresa, se agregó a la
misma un tímido joven que acababa de terminar su carrera de
Económicas quien llegó, tras haber contactado con José Luis
Morales, y al que seguidamente hicimos presentar a los demás
socios causándonos una excelente impresión lo que conllevó
que aquella misma tarde sin más dilación, iniciara su
actividad en la Sociedad. Se trataba de Juan Vivas del que,
después de conocerlo y tratarlo profesionalmente, nos
convencimos, aparte de otras cualidades, que era el primer
licenciado que mantenía todas las enseñanzas que le fueron
impartidas durante los cinco años de carrera. Posteriormente
Antonio Torres le traspasó sus acciones y Juan Vivas se
incorporó como socio de la entidad, en la que también
colaboraba con nosotros Felipe Escriña
Pero lo que nos ha inducido a recordar la creación de
Consultores, (que dicho sea de paso cubrió un vacío en orden
a la ayuda y desenvolvimiento de asociaciones de entidades
jurídicas o trabajadores autónomos) ha sido la intención de
resaltar el alto grado de amistad reinante entre todos, sin
un pro ni un contra, sin el más mínimo roce, constituyendo,
en definitiva, una auténtica familia, amistad que mantuvimos
así durante veinticinco años en que, uno por traslado a la
Península (Manuel A de Castro), otro por haber sido nombrado
Director Provincial de Trabajo (Rafael S. de Nogués), José
Luis Morales al haber sido elegido Senador (se incorporó en
su puesto otro excelente profesional, Manuel de la Rubia),
Juan Vivas por su nombramiento de Director General de la
Empresa Municipal PROCESA y quien suscribe al que le fue
concedida la exclusividad en su puesto de Jefe del Gabinete
Técnico de la Delegación del Gobierno, todos estos cargos
incompatibles con el ejercicio de la actividad privada,
cancelamos la empresa.
Hoy, jubilados por imperativos de la edad (Manuel A. de
Castro y el que suscribe), Rafael Sánchez de Nogués y
Antonio Torres, fallecidos, (a los que seguimos recordando
con verdadero afecto), José L. Morales (Consejero de la
Presidencia de la Ciudad Autónoma), Manuel de la Rubia que
montó su bufete particular y al que se incorporó Felipe
Escriña y Juan J. Vivas, Presidente de la Ciudad Autónoma,
todos vecinos y residentes de Ceuta (exceptuando a Rafael y
Antonio que nos esperan en el Cielo) quienes, aun cuando no
contactamos con la asiduidad que quisiéramos, sí mantenemos
viva nuestra sincera amistad nacida de una relación
profesional que añoramos principalmente por lo que supuso
entre nosotros de creación de una auténtica institución
familiar.
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