Decía mi amigo, Julio Iglesias, en
una de sus canciones:”...unos vienen otros ya se van // la
vida sigue igual”.
Y es verdad, unos vienen, otros se van, pero la vida, ésta
que nos ha tocado vivir sigue igual, nada cambia, amanece y
anochece dándole paso a cada día y siempre lo mismo. Nada
cambia porque la vida no puede cambiar, los que cambíamos
somos nosotros que, cada día, nos vamos haciendo más viejos.
Bueno,eso de hacernos, cada día, más viejos, no es aceptado
por algunos personajillos que tienen la creencía, a igual
que la tenía el gran actor, Paco Martínez Soria, cuando
gritaba aquello de ¡¡estoy hecho un chaval!, mientras
resoplaba en el sofá tratando de recuperarse del escaso
esfuerzo realizado pero que, a su edad era algo tremendo.
Nada, con estos personajillos no hay forma. Se aferran a que
son unos chavales?, mientras caminan con los fundillos
caídos y con pasitos cortos.
Que no, tíos, que no sois jóvenes, que ya sois unos
carcamales de sopita y buen sofá. Por aquí no le daís, de
una vez por todas, paso a la juventud que los viene pidiendo
a gritos.
Vamos a dejar que estos chavales? se sigan sintiendo jóvenes
con su próstata, sus dodotis y sus cosas, incluida la
pastilla milagrosa cada tres meses. Cada tres meses en el
mejor de los casos, y vayamos a lo que queríamos contar,
habiendo sacado a colación la canción de mi amigo, Julio
En la Delegación del Gobierno, Jerónimo Nieto ha dicho
adiós, mientras García - Arreciado tomaba posesión del
cargo. Lo que dice la canción de Julio, “unos vienen, otros
ya se van”.
La verdad sea dicha, porque, aquí se dice todo incluida las
verdades del barquero, a pesar de que, algunos ignorantes se
nos cabreen. Cosa que está muy fea porque un ignorante
cabreado, es mas feo que Frankenstein mirando al sol
comiéndose un limón. Por vuestro bien y para evitarle un
susto de muerte a cualquiera, no cabrearse.Y si lo hacéis,
mi consejo gratuito, éste no lo cobro, “ajo y agua”.
Bueno, como les quería decir, pero que no les he dicho,
porque se me han venido a la memoria todos estos ignorantes
cabreados, jamás he tenido mucho contacto con los Delegados
del Gobierno que nos han llegado, sean del partido que sean.
Mi único contacto y amistad fue con Pedro González Márquez.
Con los demás, lo tengo que reconocer porque es así, pocos
han sido los contactos que he mantenido en el convencimiento
que, tanto a ellos como a mi, nunca hemos tenido muchas
cosas que decirnos.
Del mismo modo que comprendo que hayan sido muchos los que
se hayan pasado por el despacho de la Plaza de los Reyes,
para contarles mil y una batallita al Delegado de turno e
incluso contarle quien es quien en esta tierra sin decirle,
por supuesto, quienes son ellos. Lo que es todo un detalle,
que deja al descubierto sus grandes dotes de pelotas y
lameculos.
Cada vez que viene un nuevo Delegado del Gobierno ocurre lo
mismo corren, hacia la Plaza de los Reyes, a ponerse a su
disposición los mismos de siempre para, con toda seguridad,
contarle lo que siempre cuenta porque, estos personajillos,
nunca cambian de cuento.
Cuando se personen, todos estos personajillos, a darle la
bienvenida y a ponerse a su disposición le darán , en
principio, más cabezaso que Piqué le dio a Bush. Que ya es
decir.
Servidor siguiendo la línea que me he trazado con todos y
cada uno, de los Delegados del Gobierno que han venido a
nuestra tierra, nos mostraré ningún interés por buscar un
acercamiento hacia su persona, guardándole el respeto que,
siempre, he tenido para todos ellos.
Sin embargo, lo tengo que decir porque sino lo digo se me
revuelve el estómago que en su toma de posesión estuvo
brillante, preciso y concreto. De verdad, le tengo que
felicitar.
Cómo explicar su brillante actuación, en el acto de su toma
de posesión, sin que nadie se dé por ofendido. Por ejemplo,
por decirlo de alguna forma, ruego me sea aceptado el símil
taurino. El nuevo Delegado del Gobierno, García - Arreciado,
en su toma de posesión, ante la brillantez de la misma,
hubiése cortado dos orejas, rabo, y hubiése salido a hombros
por la puerta de los Principes. Delegado, de verdad de la
buena, chapó.
Por cierto, para que nadie se engañe y quiera contarle al
nuevo Delegado, algo sobre mi persona, no se olvide decirle
que, jamas, a lo largo de mi vida, he hecho la pelota a
nadie y, siempre, he escrito lo que me ha parecido correcto,
se trate de quien se trate, sin romper las reglas del juego
del respeto y la buena educación.
Y ahora, para darle, a esos personajillos de medio pelo,
politiquillos del tres al cuarto, algo que poder decir de mi
persona, como el nuevo Delegado dice que quiere enterarse de
las cosas, por las gentes de Ceuta que conocen a esta tierra
como nadie, me ofrezco para lo que le haga falta, en
cuestión de asesoramiento sobre cualquier asunto. Con el
euro la cosa está de la economía la tengo bastante mal.
Anda que no os lo he puesto fácil con el ofrecimiento.
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