El Servicio de Atención a la
Familia que forma parte de la estructura jerárquica de la
Brigada de Policia Judicial de la Jefatura Superior de
Policía en Ceuta y que cuenta con una rama destinada al
Servicio de Atención a la Mujer y al Menor, ha atendido en
los primeros cuatro meses del año (en cifras ya
contabilizadas -aun falta las de mayo-) nada menos que
treinta y ocho denuncias por la llamada violencia de género
por las que se han practicado un total de veintitrés
detenciones.
El servicio que presta, en este sentido, este grupo
operativo de la Policía Judicial es encomiable y, aunque a
veces no pueda evitarse la acción del degenerado o
degenerada de turno en el acoso físico, psíquico que redunda
en un mal trato bien físico o bien psíquico, sí están
prestos y rápidos no ya a la atención de la víctima sino al
esclarecimiento de los acontecimientos con la puesta a
disposición judicial del o de la culpable -que de todo hay-.
Lo realmente importante es que la persona que sienta
cualquier tipo de acoso, en este sentido, acuda a prestar la
denuncia debida.
La experiencia de los agentes destinados a la brigada indica
que es absolutamente necesaria la denuncia para la actuación
policial. La profesionalidad del trabajo de los agentes
logra detectar la realidad de la falsedad -tras las debidas
comprobaciones- de las denuncias verdaderas de las falsas ya
que también existen despiadados/as que al calor de las
circunstancias aprovechan la seudo psicosis general ante el
problema de los malos tratos y sacar algún beneficio en
venganzas personales. Los jueces han detectado ya este
problema añadido al de la verdadera lacra que padecen,
anónimamente, mujeres y también hombres.
La cifra de agresiones sexuales, por otro lado, ascienden a
siete en lo que va de año. Un exceso en datos, como todo lo
anterior y a los que están muy atentos en el SAF.
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