Nada más y nada menos que nueve años los transcurridos desde
aquella tarde del 22 de mayo de 1998, en la que por vez
primera se encendía la llama de un evento deportivo en el
que la ciudad de Algeciras asumía la tarea de convertirse en
su primer anfitrión. Alrededor de seis centenares de jóvenes
fueron en aquella ocasión los primeros en ver izar la
bandera de los Juegos Deportivos del Estrecho y flanquear el
recorrido de una antorcha que curiosamente seis años atrás
recorrió la Ciudad Condal, con motivo de la Olimpiada de
Barcelona ‘92. Nueve años después, más del doble de
deportistas -concretamente 1247- se congregaron sobre el
césped del estadio Alfonso Murube para despedir esta última
edición, por medio de una ceremonia en la que una ‘traca
final’ de fuegos artificiales se encaramó al cielo de la
‘perla del Mediterráneo’ para despedir hasta el próximo año
al grueso de participantes procedentes de las localidades
de: Tarifa, Los Barrios, Algeciras, San Martín del
Tesorillo, San Roque, Tánger, Tetuán, Gibraltar y La Línea,
sin olvidar a los jóvenes anfitriones de nuestra tierra.
Amistad, juego y respeto, tres objetivos cumplidos a lo
largo de un intenso fin de semana en el que Ceuta ha tratado
de aunar fuerzas para entregarse de lleno a la acogida que
merecía esta novena edición, tendiendo, como se recalcó en
la ceremonia de clausura, “un puente de amistad” de un
extremo a otro del Estrecho gibraltareño.
Tras desfilar, esta vez por delegaciones, sobre la hierba
del estadio municipal ceutí, los jóvenes deportistas
dedicaron una calurosa ovación a voluntarios, entrenadores,
familiares y delegados, sin los que su participación en la
competición no hubiera sido posible. El encargado de cerrar
el capítulo de agradecimientos fue el presidente de la
Ciudad, Juan Vivas, quien tildando estos Juegos Deportivos
de “homenaje al Estrecho y a la juventud”, un Estrecho que,
prosiguió, “da carácter a las siete ciudades que lo rodean”.
El presidente quiso recordar asimismo la colaboración
prestada por la Comandancia General de Ceuta, en las tareas
de alojamiento y manutención de la gran mayoría de
desplazados hasta nuestras tierras, a los que deseó que
hubiesen compartido “espacio y sentimientos”, al poder
observar de primera mano que “en Ceuta no somos diferentes,
somos todos iguales”. El presidente estuvo acompañado en el
palco por la consejera de Educación, cultura y Deporte,
Mabel Deu, quien incluso hizo acto de presencia en horario
matinal en la explanada de La Marina, para ser testigo de
primera mano del desenlace de las competiciones.
A continuación fue el turno del viceconsejero de Deportes y
máximo responsable del Instituto Ceutí de Deportes, Víctor
Íñiguez, quien hizo entrega de la bandera oficial de los
Juegos al ministro gibraltareño, representante de la tierra
que celebrará el décimo cumpleaños de este evento nacido
bajo la consigna de hermanamiento deportivo. El próximo
anfitrión no se quedó corto en elogios hacia la Ciudad
Autónoma, donde afirmó, en nombre de su delegación, haberse
sentido como en casa. “Ceuta quedará en el corazón de
todos”, concluyó.
A las palabras del máximo representante de los encargados de
acoger la nueva cita le sucedió el obligado apagado de un
pebetero al que anteayer se encargaba de acercar la antorcha
el waterpolista ceutí Guillermo Molina, quien dio un salto
hasta su ciudad natal, a pesar de sus compromisos con la
Selección Española. Una vez exterminada la llama de esta
novena edición, un aluvión de globos inmaculados comenzaron
su ascensión, simbolizando el vuelo de palomas de la paz,
antes de que el conjunto de voluntarios, provistos de
bengalas, dibujaran sobre la superficie del estadio el
contorno de las siete ciudades fundadoras de esta iniciativa
que, con el transcurso de los años logra engrosar
progresivamente su lista de adeptos.
En definitiva, fusión de iluminación y colorido para poner
punto y a parte a un acontecimiento que, como anunciaban los
dos letreros luminosos que otorgaron una pincelada más de
diversidad al ambiente, despedían por un lado los buenos
momentos vividos en territorio ceutí durante las últimas
tres jornadas y daban la bienvenida a los próximos Juegos
Deportivos del Estrecho, los de Gibraltar 2007.
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