De “Quien será la Culpa” de esta “Soledad sin Remedio” en
que nos ha dejado sumidos, Maria del Rocío Trinidad Mohedano
Jurado, Rocío Jurado (q.e.p.d.). “La Mas Grande”, “La Niña
de los Premios” (con que fue distinguida cuando empezaba su
carrera en Madrid en el año l959, su “Punto de Partida”),
Premio Nacional al Cante Flamenco, Lady España, Lady Europa,
Medalla de Oro al Mérito Turístico de Chipiona, su pueblo,
Medalla de la Junta de Andalucía, Medalla de Oro al Mérito
de las Bellas Artes, Hija Predilecta de la Provincia de
Cádiz, innumerables trofeos en Estados Unidos, en toda
América Latina, cinco Discos de Platino y mas de treinta de
Oro.
Y así seguiríamos relacionando infinitamente distinciones,
premios, trofeos, todos merecidísimos a esta embajadora de
la canción española, del flamenco más puro, “La Voz de
España”, cuyo exquisito arte fue derramando por toda la
geografía universal.
Rocío Jurado tenía también logrado el mejor premio: su
entrega a los demás. “Madre” con desmesurado amor y
dedicación a los suyos que le parecieron pocos y aumentó con
dos adorados hijos adoptivos.
Con “Amor Callado”, constante “Como las Alas al Viento”,
adorable esposa (“Como yo te amo”, habrá dicho a su
entregado esposo José Ortega Cano, nadie te amará…).
Era un símbolo de laboriosidad y entrega, era una auténtica
“Señora” en toda la extensión de la palabra.
En su última aparición en Televisión Española el 20 de
diciembre pasado, como “Un Clavel” con las garras del cáncer
en sus pétalos, ese mal que la fue minando durante
interminables días, dio muestras, una vez más, además del
arte que todavía conservaba, de su entereza y resignación
cristiana y, aun cuando todos le susurrábamos “A que no te
vas”, esa actuación se convirtió en la última presencia, en
la despedida no deseada de las pantallas y escenarios de la
gran e irrepetible artista.
Si “Amanece” en el Cielo, allí estará, seguro, Rocío Jurado
entonando “Soledad sin remedio” y sus familiares, allegados,
amigos y admiradores en general, pensando que “Algo se me
fue contigo”, algo inexplicable con la siempre interrogante
Que, en plena madurez, nos haya abandonado ese “Volcán de
Amor y Fuego” que cual “Paloma Brava”, salió volando hacia
las manos del Señor que, todopoderoso y bueno, la acogerá en
su seno, como bien se merecía Rocío por su religiosidad, su
bondad, su entrega a los demás y, en definitiva, su ejemplo
de vida.
Por eso, como se titulaba el último disco grabado por “La
Mas Grande”, recordaremos a “Rocío…siempre”.
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