De ser políticamente correcta, lo
que no es en absoluto el caso porque servidora va por libre,
lo normal sería sumergirme en una larga nota necrológica
sobre “La más grande” llamándola “Emperatriz de Chipiona” y
remontándome a aquellos tiempos en los que, la fallecida
Rocío Jurado hacía travesuras contra la censura franquista
saliendo en televisión envuelta en una sábana cantando “Un
rojo clavel” en plan extremadamente sexy.
Pero hoy no voy de necrologías, aun reconociendo, como mi
poeta inglés favorito que es Downes que “la muerte de
cualquier hombre me empobrece, porque formo parte de la
Humanidad”. Me apena el deceso de la chipionera, al igual
que me conmovió profundamente la muerte, hace unos años, del
poeta y cantante de copla granadino Carlos Cano, un amigo
entrañable al que le reventó la aorta y cuya muerte fue muy
sentida, no tan televisada como la larga agonía por el
cáncer de la Jurado, ni fue tanto tema de tertulia
televisiva con testimonios de amigos y conocidos, todo
resultó en el granadino más discreto y mucho más elegante.
El caso es que, dejando a un lado los óbitos y a los
descansados en el túnel y la luz divina, lo que me tiene con
los instintos de un gato rabiando es el nombramiento como
Ministro del Interior de Perez Rubalcaba, que para mi que se
da un aire al espíritu evanescente de Porrina de Badajoz o
tiene directamente cara de teleplastia de Belmez,
precisamente “ahora”.
Es lógico que los analistas y consejeros socialistas se
crean el summun de la astucia por haber apostado por un
hombre ligth y de diálogo en estos momentos políticos. Pero
lo que han olvidado es que, el gran tema y el gran temor de
la ciudadanía no es precisamente en estos momentos el alto
el fuego de ETA, ni calcular el puñado de millones que nos
va a costar que esos criminales, que siempre han sido unos
gandules sin oficio ni beneficio, dejen de matar. Es
cuestión de pasta, nada más, lo de la autodeterminación y
las comparaciones con Montenegro son de boquilla, por quedar
bien, por pura imagen, lo que quieren es dinero y un futuro
próspero y feliz, a ser posible con algún cargo público,
sueldazo, pensiones de por vida, privilegios, dietas y
subvenciones opacas en las que no husmee la Udyco ni de por
culo el Tribunal de Cuentas. Para fraguar y pactar las
dádivas sirve Perez Rubalcaba, porque es muy descafeinado y
no ofende a nadie. Lo que pasa es que, a la sociedad le
importan tres leches, por no decir que le irrita
sobremanera, la máquina de calcular los millones de los
terroristas, puesta en funcionamiento para dejar de matar y
extorsionar, lo que preocupa a los españoles es que no les
maten los atracadores del Este cuando asalten sus casas, que
nos les extorsionen los del Este o los sudacas con los
secuestros express y que no les peguen una paliza los
cogoteros, o sus barrios sean tomados por las terribles
maras sudamericanas o las mafias de la mendicidad, la
prostitución y el robo rumanas y a ser posible que, los
astutos nigerianos, no timen a los incautos con sus
estafadoras loterías y billetes tintados.
En una palabra: La ciudadanía quiere que el Ministro del
Interior, el que gestione nuestra seguridad y nos garantice
nuestra libertad sea un madero, un profesional, un número
uno en la lucha contra la delincuencia. Para tratar con los
mierdosos de la ETA, que son a la postre unos marginales y
unos zarrapastrosos que no tienen media guantá porque ni
hacen terrorismo suicida ni cosas de alto riesgo por el
estilo, para darles el dinero a esos asquerosos pueden poner
al Ministro de Hacienda o a cualquier cargo político que
tenga la llave de la caja fuerte. Pero para bregar con la
delincuencia violenta, terrible y peligrosísima que se nos
ha metido en España yo apuesto por dos Comisarios que son
famosos a nivel interno en toda España por su manera de
trabajar: El comisario jefe de Ceuta o el de Melilla. Esos
sirven. Son Jefes superiores, son respetados por sus hombres
y antes que nada, son profundos conocedores del fenómeno de
la delincuencia que es la primera preocupación de los
españoles.
Lo triste es que, estos socialistas de ahora, tan
modernillos, tienen el enterramiento y las ínfulas de los
ignorantes supinos, porque, la ignorancia es muy atrevida,
mientras que, el hombre sabio, es radicalmente humilde y
consciente de sus defectos. ¿Qué Felipe González arreglaba
este mamonéo en un plis plas? Si Felipe se presentara a unas
elecciones le votaban hasta los populares, por su carisma y
porque estamos huérfanos, somos incluseros de líderes
carismáticos capaces de poner de pie una plaza de toros con
su dialéctica. Que no trago a Perez Rubalcaba, que es un
soseras, que quiero que venga Alfonso Guerra,Manuel Fraga
con treinta años menos o los Comisarios de Ceuta y de
Melilla para que podamos vivir sin estar aterrorizados por
el bandidismo. ¿Qué si Rocío Jurado tenía un buen sistema de
seguridad en su chalet de la Moraleja? ¿Quieren hablar más
de lo mismo? Supongo que si, porque los muy ricos tienen
guardias o seguratas, a quien golpea la delincuencia es a la
clase media normalita que como mucho paga un tanto mensual a
prosegur. Lo dicho colegas, que pongan a otro ministro más
adecuado y lo de la Chipionera lo siento, siento casi más su
larga agonía que su plácida muerte, pero soy católica y se
que allá solo existe felicidad y reencuentro con los seres
queridos en medio de la luz.Vale, me despido, Rocío, que
tengas buen viaje y seas muy feliz, hasta luego.
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