Cada día, que pasa, tal y como
decíamos en la mili, cuando la mili era obligatoria, en
cuanto se nos mandaba a dormir, todos gritábamos ¡una
menos!.
Que eso es, precisamente, lo que está pasando con las
próximas elecciones municipales, que cada noche al
acostarse, son muchos los políticos y politiquillos del tres
al cuarto que dan ese grito ¡un día menos!. Y es que, cada
día, sin duda alguna, falta uno menos para acercarnos al mes
de mayo del año 2007 donde, de nuevo, tendremos las
elecciones municipales.
Unas elecciones que no van a dejar indiferentes a nadie y ya
hay, por supuesto, politiquillos del tres al cuarto , que se
pasan las noches en blanco, dándole vueltas y más vueltas a
la cabeza, a ver la forma y manera de poder “enchufar” a
algunos de su cuerda en la lista, con un buen número para
tenerlo dentro de los que van a ocupar un silloncito y que
le sirva de “chivato” de todo cuanto se cuece en las altas
esferas.
El problema con el que se van a encontrar, más de uno de
estos politiquillos del tres al cuarto, es como hayan sido
declarados “fuera de servicio” por los que más mandan en los
partidos cansados, a lo peor, de tener que soportar los
caprichos de todos ellos, amén de soportar las meteduras de
pata que llevan a cabo, días sí y días no y el de en medio
también, por su falta de capacidad intelectual.
No me extraña nada que, todos estos politiquillos del tres
al cuarto, se pasen las noches en vela dándole vueltas y más
vueltas a la cabeza sabiendo, porque ellos ya lo saben, que
están a punto de recibir el agradecimiento por los servicios
prestados.
Esto hace que se agarren a un clavo ardiendo y busquen la
manera de congraciarse con los que más manda buscando, y
rebuscando, alguna jugada que les pueda salir bien para las
próximas elecciones.
Y no es extraño verlos, por cualquier calle de nuestra
tierra, echando el brazo por encima al más grande de sus
enemigos políticos, ofreciéndole todo lo que no puede
ofrecer. En el supuesto de que puedan ofrecerles algo,
teniendo en cuenta que sus dotes para poder convencer a
quien o quienes quieren atraerse son de la época de piedra,
y los que se quieren atraer son más listos que el hambre,
dejándoles hablar para, cualquier día, soltar donde tenga
que hacerlo, lo que se les había prometido. Una forma, como
otra, de dejarlos con el trasero al aire. Cosa que no es ni
será la primera ni la última porque,sus meteduras de pata,
están a la orden del día
No tienen remedio su capacidad intelectual está bajo mínimos
y, por mucho que lo intente , no dan más de sí.
Los líderes de los partidos, los que van a partir en
definitiva el bacalao, van a ser sometidos a grandes
presiones, por todos aquellos politiquillos del tres al
cuarto, que quieren que los suyos, sus hombres de confianza,
aunque no valgan un euro, no digo un”duro” porque esa
moneda, para desgracia de los españoles que somos más pobres
con el euro ya no se lleva, logren algunos de los lugares
destacados en el reparto de los silloncitos.
Dicen los que saben, los que entienden del asunto que, Juan
Vivas, será el encargado de elegir a los quince primeros de
la lista que se vaya a formar para las próximas elecciones.
Uno, la verdad, no entiende mucho de cómo se hacen las
listas, pero si los que entienden del asunto aseguran que
será de la forma que hemos dicho, sus razones tendrán .
Oiga, amigo guardia, el que sabe, sabe.
Desde mi punto de vista, particular e intransferible, por el
aprecio que le tengo a Juan Vivas al que, por cierto, ni le
he pedido nada, ni se lo voy a pedir, es lo mejor que puede
hacer, elegir él mismos esos quince candidatos que
encabezarán la lista, quienes serán los que ocupen los
cargos de mayor importancia y, totalmente, leales al
presidente.
De esa forma, eligiendo él a esos quince primeros de la
lista, se evitará la colocación de algúnos, en esos puestos
de responsabilidad, que se puedan equivocar.
Todos los presidentes necesitan roderase de los hombres y de
las mujeres mas fieles y leales, a su persona, que haya en
el partido para evitar, con ello, malos entendidos en
determinados momentos. Y hay algo de lo que cualquier
presidente no puede prescindir, de un guardian fiel que
salté contra la oposición en el momento quesea necesario
para defenderlo, evitando que se “queme” en el transcurso de
la legislatura.
Felipe González, un hombre de Estado, les guste o les deje
de gustar a quienes sean, que eso me trae sin cuidado,
enseñó el camino, poniéndose de mano derecha a Alfonso
Guerra que supo, en todo momento, estar a la altura de las
circunstancia en el ejercicio de su cometido.
Juan Vivas tiene a ese hombre y no debe, bajo ningún
concepto, ni por más presiones que reciba, prescindir de él
puesto que, eso, sería uno de los mayores errores que podría
cometer.
Es mi opinión, aunque sé, que no soy nadie para asesorar al
presidente.
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