“El más grave altercado vivido en San José. Lo nunca visto”,
así se expresaba el presidente de la barriada, el conocido
Frugui que en la puerta de Comisaría intentaba a media noche
calmar los alterados nervios de los vecinos que protestaban
por lo que consideraban un “exceso de celo policial”. “Una
injusticia”, decían.
El suceso, según fuentes policiales se inicia entre las
20’00 y las 20’30 horas en Teniente Coronel Gautier tras el
‘intento’ de alto a dos vehículos ‘quads’ cuyos conductores
pilotaban de manera temeraria desde Juan Carlos I. El
seguimiento policial llevó a su encuentro en pleno corazón
del barrio de San José donde los pilotos departían con
vecinos ubicados ociosamente en una de las fachadas de la
barriada.
En ese instante, los agentes tratan de identificarlos en
tanto se solicita a los ‘curiosos’ un espacio de seguridad
mientras se actuaba. Situación que devino con cierta tensión
dado que, al parecer, uno de los pilotos identificados
mantenía parentesco con alguna persona del grupo mandado a
retirar del lugar.
De tal guisa -y ahí comienzan las versiones encontradas-
que, en un instante, volaban agresiones hacia los agentes en
tanto éstos con las defensas en las manos intentaban
solventar con arrojo el tumulto en sus inicios. Sin embargo,
la situación llegó a mayores.
La versión policial indica que un agente fue fruto de una
agresión lo que provocó no sólo la acción para repelerla
sino la detención del agresor. La versión de los vecinos
indica que este individuo, ahora herido -con numerosos
antecedentes policiales y otros penales- habría recibido
“injustamente” el golpe de un agente. Entre tanto uno de los
vecinos de carisma del barrio, un señor de unos sesenta años
fue detenido por obstrucción lo que provocó la exaltación
generalizada, en la vecindad -sobre todo mujeres y niños-
con lanzamiento de objetos (alguna maceta, piedras...) y muy
enardecidos condenaban lo que se extendió rápidamente como
un clamor en defensa de los individuos a los que la Policía
identificaba y detenía.
Por aquellos momentos la tensión se disipaba a golpes,
carreras y detenciones. La Unidad de Intervención Rápida de
la Policía Local se encontró actuando en la detención de
unos ‘temerarios’ a los manillares de unos ‘quads’ ahora de
moda, al tiempo que intentaban repeler la acción obstructiva
de la muchedumbre que se echó practicamente encima de los
agentes clamando de manera reiterada y violenta por la
“injusticia” que, según su versión se estaba produciendo.
Al final, casi una hora después del tumulto, se produjeron
cuatro detenidos, sólo uno de ellos resultó ser uno de los
pilotos de los ‘quads’, los otros tres lo fueron acusados de
obstrucción y atentando contra la Policía.
Heridos
Varios policías debieron acudir a la sala de Urgencias del
Hospital Civil del Ingesa con heridas de cierta
consideración tras el altercado y, al menos tres vecinos del
barrio tuvieron que ser igualmente asistidos en el centro
médico.
Entre tanto, al filo de la media noche, una treintena de
personas se encontraban en los alrededores de la Comisaría
Provincial de Policía interponiendo denuncias por los hechos
acontencidos e, indignados, llamaban a la movilización en
las próximas horas.
El presidente del barrio, con su presencia, llamaba a la
calma, a la serenidad, al respeto y a la creencia en la
Justicia, al tiempo que explicaba que en el barrio “jamás
había sucedido algo parecido” y demandaba ante este medio
locales para formación ocupacional y de ocio para la
“población joven del barrio y evitar situaciones lamentables
como la vivida”.
Mala relación entre policías
El presidente de San José alertó al 091 de lo que ocurría,
según declaraba a este medio, “sólo llegó un zeta”. El
comentario entre el grupo de vecinos y por la evidencia ante
lo escuchado en las mismas puertas de Comisaría, se deduce
la rivalidad entre Policía Nacional y Local -probablemente
no generalizada, pero puntualmente peligrosa porque deviene
en una muy clara situación de inseguridad manifiesta en una
ciudad en la que la falta de coordinación y de apoyos entre
policías puede provocar un cisma de proporciones
incalculables.
Repercusiones
Algunos vecinos amenazaban anoche mismo con manifestaciones
a solicitar ante Delegación del Gobierno con proclamas nada
edificantes y contrarias a la convivencia, a la paz y a la
tranquilidad.
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