Decenas de fumadores acudieron ayer al stand instalado
frente al palacio asambleario para recibir información
acerca de los riesgos que entraña el consumo de cigarrillos
pero, sobre todo, para que les fuera practicada una
cooximetría, es decir, para que se les hicieran mediciones
del monóxido de carbono en aire espirado. Con un sencillo
aparato, similar al alcoholímetro, en apenas un minuto el
fumador puede conocer en qué medida el tabaco está afectando
a sus pulmones y a su organismo. Entre seis y veinte
partículas por millón son las cifras que suelen manejar los
fumadores habituales, por encima de los 20 y hasta los 72 se
encuentran los fumadores empedernidos, aquellos que fuman
más de dos cajetillas diarias de cigarrillos y si se llega
al 72 la tabla es muy explícita: ‘peligro de muerte’. Por
debajo del seis se sitúan los no fumadores o fumadores
pasivos a los que el tabaco también les afecta aunque
siempre en unos niveles muy bajos.
El consejo de los trabajadores del Plan Integral de
Tabaquismo de la Ciudad Autónoma así como de los miembros de
la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) es claro:
dejar de fumar beneficia a nuestra salud y mejora nuestra
calidad de vida. Como es sabido que dejar este hábito no es
cosa sencilla, se han repartido numerosos folletos con
consejos y direcciones útiles a las que los fumadores pueden
dirigirse para lograr librarse de esta adicción de la que no
resulta sencillo librarse: “yo llevo cinco años sin fumar y
todavía no puedo decir que esté curado del todo, todavía hay
ocasiones en las que apetece el cigarrito pero luego uno
piensa en las contraindicaciones que tiene ese cigarrito y
ahí actúan la voluntad y la razón para evitar caer”,
explicaba ayer el presidente de la Ciudad, Juan Vivas.
En cuanto a las consultas recibidas tanto en el stand como
en la oficina del Plan Integral de Tabaquismo, el perfil más
frecuente es el de las personas que llevan 30 o 40 años
fumando y que quieren dejarlo pero no saben cómo hacerlo o
no disponen de la voluntad suficiente para hacerlo por su
cuenta. Son tantas las consultas que incluso hay una lista
de espera lo que desde los servicios municipales es visto
como un auténtico éxito y una muestra de la voluntad de la
ciudadanía para abandonar este hábito tan poco saludable.
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