Aunque existen conocidas mezquitas y lugares de culto de la
religión musulmana tanto en la Península como en las
ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, todavía no hay
ninguna escuela coránica reconocida como tal. Sin embargo,
sí existe la iniciativa de hacerlo “legal”.
Según una noticia aparecida en el diario ABC, algunos
multimillonario jeques de Arabia Saudí pretenden adquirir
colegios privados para dedicarlos al exclusivo práctica de
la enseñanza islámica.
Fuera del mero lugar de culto y oración que se encierra en
los muros de las mezquitas -como en las sinagogas o en las
iglesias- el proyecto ilustraría acerca de la cultura, la
lengua árabe. Una serie de materias que no contempla el
sistema educativo español ni en los centros públicos ni en
los privados.
Muchos alumnos, especialmente los inmigrantes, tienen una
serie de necesidades que el actual sistema no les ofrece. La
educación coránica, columna vertebral de este tipo de
escuelas, iría acompañada de una cierta cobertura a los
recién llegados así como de la Saría, el código de
comportamiento ético de los musulmanes.
A través de su Embajada en Madrid, el país árabe ya intentó
-aunque sin éxito- adquirir un inmueble que albergaba un
colegio de las Madres Mercedarias de San Fernando (en
Madrid).
El motivo de la negación por parte de la Congregación fue,
precisamente, su oposición a la construcción de una madrasa.
Finalmente, las autoridades saudíes han conseguido entablar
conversaciones, y casi adquirir, otro edificio en Madrid, en
un actual colegio católico.
Los saudíes desean que estas conversaciones que lleven a
cabo de modo ‘discreto’ para evitar que los propietarios del
edificio rechacen su venta.
Otras experiencias
Aunque el régimen saudí esté considerado como un sistema
moderado, algunas de sus instituciones universitarias han
sido catalogadas como cuna del radicalismo. Se conoce que
países como Francia sí apoyan la construcción de estas
escuelas -y la sufragan- en otras localidades africanas.
En Amsterdam, quince de estos centros fueron noticia hace
poco más de un año por un intento de incendiar sus sedes,
algunas en la ciudad sureña de Haarlem.
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