La noche ceutí más ochentera se vivió el pasado sábado con
la actuación del mito en solitario de Ana Torroja. La
madrileña construyó poco a poco un Mecano, que los
asistentes conocían y echaban de menos. Los primeros acordes
de ‘Hoy no me puedo levantar’ despertaron a un público que
se concienció de que estaba ante uno de los símbolos de su
movida personal en sus años de adolescencia. El canto a una
forma de vivir, de relacionarse y entender un mundo que se
desarrollaba a sus pies. El estilo urbano, reivindicativo y
reflexivo de las letras de los hermanos Cano hizo viajar
hacia ‘Aire’. Esta balada encendió los mecheros de muchos
ceutíes que se sintieron como ‘oxígeno, nitrógeno y argón’.
Fue muy duro despenderse de estos sonidos entonces y lo fue
anoche, cuando finalizó el concierto.
Uno de los momentos más íntimos fue el que la propia
cantante definió como “un drama”. De piel albina y
delicadeza infinita ‘Hijo de la luna’ desembocó en un
murmullo colectivo que ensimismó a la misma Ana Torroja.
El público se coló en una fiesta cuando llegaron ritmos más
moviditos con ‘Ay que pesado’, ‘Barco a Venus’ o ‘Busco algo
barato’. Muchos imaginaron cómo su aniversario coincidía con
el ‘Siete de septiembre’ o sintieron ‘Veinte mariposas’ en
ese momento. Y una versionada ‘Maquillaje’ sorprendió al
público por su toque ‘music hall’.
La cantante se mostró muy contenta por volver a Ceuta y daba
muestras de un sentimiento especial por una canción, que en
su tiempo marcó un hito, pero que ahora, afortunadamente,
está superándose. ‘Mujer contra mujer’ siempre despierta una
gran admiración entre los seguidores del movimiento Mecano y
el pasado sábado, volvió a surgir este convencimiento de que
apuestas como estas, hicieron en su día que la mentalidad de
este país se abriera a un mundo por descubrir.
Escenografía
La gira de la madrileña ‘La fuerza del destino’ ofreció un
repertorio completo que no interpretaba desde hace 14 años.
La puesta en escena ayudó enormemente al espectáculo. El
montaje contaba con dos pisos, circunstancia que Torroja
aprovechó al máximo en sus coreografías. Fondos dinámicos,
coloridos y con fuerza dieron el punto que las canciones de
Mecano en general y de la artista en particular,
aprovecharon visualmente.
La cantante se sintió muy conectada con el público con ‘Una
rosa es una rosa’. Los asistentes se animaron a palmear con
intensidad mientras Ana Torroja y sus bailarinas se dejaron
la piel en el escenario.
El homenaje al arte, al genio surrealista de uno de los
mayores creadores del siglo XX se plasmó sobre el papel
electrónico de la cantante al tiempo que sonó ‘Eugenio
Salvador Dalí’.
La canción que Ana comparte con Alex Syntek, ‘Duele el
amor’, se convirtió en una oportunidad perfecta para dar el
lugar que se merecen los músicos que la acompañaron. La
artista reconoció, además, la labor de todo el equipo de
sonido.
El concierto llegaba a su final, el público lo intuía pero
no lo aceptaba. En cuestión de unos segundos, Ana Torroja
apareció sobre el escenario con una balada universal, ‘Me
cuesta tanto olvidarte’.
|