El juez de menores ha condenado a seis meses de
internamiento a los dos menores que fueron detenidos por
haber provocado los últimos incendios en la barriada del
Príncipe Alfonso inducidos por un adulto.
Los chicos, de 15 y 17 años, deberán pasar los próximos tres
meses recluidos en el centro de menores Punta Blanca
mientras que los otros tres meses estarán en libertad
vigilada bajo la supervisión de los profesionales de la
Oficina de Medio Abierto.
Durante el periodo de tiempo que van a permanecer en el
centro ubicado en Calamocarro, los menores van a recibir un
tratamiento individualizado en función de las condiciones
personales que los profesionales del centro hayan
establecido para ellos. Además, los psicólogos y educadores
emiten informes periódicos al juzgado de menores sobre su
evolución.
Según ha explicado Francisco Vázquez, “trabajamos en un
contexto normalizado en un centro aislado de las presiones
que los grupos de convivencia puedan ejercer sobre los
menores lo que facilita la intervención con ellos porque el
tratamiento aquí es mucho más aséptico”.
Es el entorno cotidiano uno de los aspectos que más hay que
tener en cuenta de ahí que los otros tres meses de condena
se cumplan como libertad vigilada. Los psicólogos y
educadores de la Oficina de Medio Abierto ayudan a los
menores a reincorporarse a su vida, con sus amigos, su
familia, en su barrio, proporcionándoles otras alternativas.
“Los menores deben ser conscientes de porqué están aquí pero
también debemos ayudarles porque les queda mucha vida por
delante y no podemos dejarles de lado”, explicó Vázquez,
director accidental de Punta Blanca.
Durante su estancia en el centro, en el que conviven con
otros doce menores, reciben clases de alfabetización, de
apoyo escolar, de hábitos saludables y también se les
proponen alternativas para disfrutar de su tiempo de ocio.
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