Ceuta tiene agua. El líquido embalsado garantiza unas
reservas al menos hasta el mes de diciembre. Los pantanos
conservan alrededor de 1.200.000 metros cúbicos y la
desaladora de la ciudad aporta todos los días
aproximadamente 23.000 metros cúbicos de agua potable. Si a
estos datos se le añade que el consumo hídrico se ha
reducido en unos mil metros cúbicos al día –el año pasado
bebíamos unos 29.000 metros cúbicos al día mientras que este
año utilizamos sólo unos 27.500-, las cifras son bastante
positivas.
La sequía que asola España, especialmente las cuencas del
sureste peninsular, ha reforzado las campañas de
concienciación ciudadana y el ahorro. La consejera de
Medioambiente de la Ciudad Autónoma, Carolina Pérez, valoró
el trabajo ciudadano que contribuye a la reducción del
consumo hídrico y recordó que es un trabajo de todos.
Según las últimas cifras, el agua embalsada en el territorio
español está por debajo del 50 por ciento. En el paroxismo
se encuentran las situaciones “preocupantes” de las cuencas
del Júcar y Segura, al 16,9 y 14,6 por ciento de su
capacidad respectivamente.
La cuenca del Sur, al 32,5 por ciento y la del Guadalquivir,
al 37,8 por ciento, también se encuentran entre las más
vacías del Estado.
El nivel de los embalses y pantanos baja por semanas. Las
altas temperaturas, conjugadas con escasas precipitaciones,
propician una rápida evaporación de las aguas y, en
consecuencia, una reducción del líquido embalsado en las
cuencas.
Posibles Soluciones
Según el Estudio sobre Concienciación y Conducta
Medioambiental en España de la Fundación BBVA, la mayoría de
los españoles prefiere que se construyan más presas y
pantanos (7,6 de cada 10), desalinizar agua del mar (7,1) o
construir trasvases entre un río y otro (6,7) antes que
pagar más caro el coste del agua (3,4 de cada 10). En
general, la población es consciente de la escasez.
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