Transparente, con luz y
taquígrafos, así se ha preferido, por fin, que resultase la
adjudicación de cuarenta y una viviendas protegidas de la
reciente promoción de Villajovita. Nada que objetar. Más de
un millar de candidatos con las mismas posibilidades, en
función de lo solicitado por Emvicesa, han aguardado -con
calor eso sí y un poco apretados- con serenidad y pocos
gestos de alegrías -sólo un par de afortunados no tuvieron
reparos en mostrar públicamente su satisfacción- el
desarrollo del sorteo ante notario y público con el que la
Empresa Municipal de la Vivienda de Ceuta ha desarrollado el
modo de las adjudicaciones.
Pese a que, probablemente, no todos puedan aceptar el hecho
de un trabajo previo bien elaborado para las listas
provisionales de admitidos de cara al sorteo, lo cierto es
que la pulcritud ha sido uno de los principales referentes
seguidos para la promoción de Villajovita.
La proporción de solicitantes con la oferta para la
adquisición de viviendas no dista en exceso de las que se
produce en otras regiones del país, aunque el principal
escollo que la administración debe salvar y trabajar en ello
sea la población menor de 35 años que Ceuta adquiere una
dimensión extraordinaria al ser ésta una de las más
numerosas, porcentualmente hablando, de las de España.
Aún no se sabe los criterios para las futuras adjudicaciones
previstas y pendientes por el Gobierno de la Ciudad Autónoma
de Ceuta a través de su organismo, Emvicesa, pero la
ciudadanía en general ha quedado extremadamente satisfecha
dado que de este modo, el sorteo puro ante el cumplimiento
de parámetros objetivables y similares, se garantiza una
limipeza que quedará exenta por siempre de dimes y diretes
tan común desde los inicios de esta empresa municipal allá
por los finales de los ochenta.
Pocas protestas y mucho reconocimiento por el uso de este
sistema.
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