Dice la copla “La española cuando
besa ,es que besa de verdad, que a ninguna le interesa,
besar por frivolidad…”.¡Ele el poderío! ¿Qué si me gusta la
Copla con mayúscula? Me priva, aunque me inclino un poco más
hacia géneros más calés, porque me siento más identificada
con Camarón o con la Niña Pastori cuando canta jondo; con
Remedios Amaya y con la elegantísima Estrella Morente, que
tiene el quiebro de voz de su padre, el genial Enrique. ¡Ay
cuanta belleza y cuanto duende!.
¿Qué están mascullando? ¿Qué lo que hubo en la piscina
pública del barrio de La Elipa en Madrid no fue duende
gitano sino pedradas de gitanos?Vale, les doy la razón, pero
las pedrás de mis primos fueron motivadas y tema de raíces
culturales del pueblo romaní. Y contra las minorías étnicas,
en la melindrosa España de hoy en día, es de infinito mal
gusto ejercer la crítica destructiva y negativa. ¿Qué cuando
hablo de crítica negativa me refiero estrictamente a “no”
darles la razón? Pues si. A eso me refiero. Y si ustedes no
son minoría étnica y se tienen que joder sin disfrutar de
sus infinitas ventajas yo lo siento, pero las cosas son como
son y el sol sale cada día y aceitunita comía huesecito en
mano. ¿Qué los gitanos tiraron piedras y no huesos de
aceituna? De acuerdo, cuestión idiosincrásica y étnica.
Pero ¿Cómo se les ocurre a los dos maricones ponerse a darse
besitos, en plan “Beso de España” y a hacerse arrumacos en
una piscina llena de familias gitanas con sus churumbeles?
Eso es. Noticia de telediario, porque en los informativos de
hace un par de días dijeron hasta los nombres de los
desafortunados maricas, a los que hay que llamar “gays” si
se habla de ellos en inglés y llamar “maricaplayas” si van
con tanga de leopardo y sarasonas si tienen pluma. La
locutora ponía tono de consternación, sin atreverse a
condenar a los gitanos, de los que hablaba con todo tipo de
complejos, tildándoles de “individuos de etnia gitana”
porque decir claramente “gitanos” parece que tan solo lo
dicen los auténticos calés o los semicalorris como
servidora.
Oí la noticia en un bar. Tomando un cafelito y con la peña
tronchándose de risa ante el evento y más que nada, por el
tono cursi y llorón de la presentadora a la que, aterraba
tanto como a la estúpida de la redactora, el que pudiera
tomarse el relato de los hechos como “algún tipo” de crítica
hacia la raza de los morenos de verde luna de Federico
García Lorca. En la España de lo políticamente correcto y
del Lourdes lingüístico, los gitanazos somos “etnia gitana”
los moros de toda la vida “magrebíes” los negros
“subsaharianos que huyen de la pobreza” menos los nigerianos
que hacen loterías falsas y que timan con los billetes
tintados, esos no huyen de la pobreza, aunque, como llevan
tanto oro encima podrían ser “víctimas de la catástrofe
humanitaria” de un naufragio. De hecho, si los nigerianos
que yo conozco que se dedican a tema de estafas o llevan un
ramillete de putas se montaran en una patera, naufragarían
por el peso de las cadenas de oro ¡Más guasones y más
simpaticones que son!. Pero paso de las razas y de los
complejos y los melindres almibarados ajenos que nos
importan una poca mierda a mis primos y a mi.
Lo cierto es que, los maricas ¡muac, muac!¡El beso de la
España actual! En el pleno ejercicio de sus derechos. Pero
los de “etnia gitana” por ahí no pasan y menos en presencia
de niños, les corretearon, les apedrearon , les majaron a
palos y uno de los pobres mariquitas se desmayó del susto.
Aunque eso no fue lo más grave, sino que, la del telediario
anunciaba con voz apesadumbrada que, los calorros, entre la
lapidación a chuscazo limpio y la capujana “Proferían gritos
homófobos”.¡Que horror! ¿No se les ponen los pelos como
escarpias ante semejante atentado a las libertades? ¿Qué no?
Vale, eso es que son poco sensibles ¿Qué son más importantes
las libertades de los gitanillos y su derecho a no
presenciar espectáculos impropios y lastimosos como es el de
dos tipos dándose lametones? Si, eso es lo que piensan los
padres y las madres de la gitanería que para el tema son muy
mirados. Pero un pasón la noticia, porque no se atrevieron a
hacer ninguna crítica “gritos homófonos” a saber las
barbaridades que, entre hostia y hostia, les soltaron los
gitanos a los maricas ¡Anda que si eso lo hacen unos que no
sean minoría étnica! Acaban imputados ante la Audiencia
Nacional y con los de la bandera del arco iris haciendo
manifestaciones ante el Congreso de los Diputados en defensa
de los derechos de los maricones y las lesbianas ¿Qué por
que no digo gays que es más fino? Porque es un anglicismo y
los anglicismos en el idioma español me parecen muy snobs,
muy pretenciosos, inadecuados y ñoños. Maricón ha sido toda
la vida maricón y bien contentas que están las criaturas de
disfrazarse el día del Orgullo de ellos y reclamar sus
derechos, como decía Antonio gala “vestidos de hawaianas” y
claro, reclamar los derechos desde el esperpento y el más
atroz de los ridículos quita seriedad a las reivindicaciones
y da hasta su miajita de repelús.
O al menos se lo dio a los padres y a las madres de los
chiquitillos que se bañaban en la piscina pública, aunque
eso del “escándalo público” ya no se utilice ni con el
célebre pajillero llamado “hombre de la gabardina” que se ha
puesto toda la vida en la puerta de las escuelas y, toda la
vida, ha recibido pedradas de los escolares. Mis primos se
portaron en plan España Cañí de la de antes, de la España
que tenía las cárceles vacías porque los picoletos resolvían
a hostia limpia los delitos menores. Luego está la España
Cañí de ahora, de valores occidentales y crisol de culturas,
amen de respeto impoluto y sin fisuras a los modos y
costumbres de las minorías étnicas. Y los modos y costumbres
del pueblo romaní que habla en caló se pusieron de
manifiesto, pura manifestación cultural, en la piscina de
marras. Por eso la locutora hablaba lastimera pero sin
atreverse a criticar. A ver, hoy en España ¿Quién tiene
cojones para criticar un hecho cultural de minorías
enriquecedoras? Pues eso, porque “El beso de España” tiene
que ser eso, “El beso de España” Los gitanazos a poner orden
y respeto y todos a callar.
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