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OPINIÓN - JUEVES, 27 DE JULIO DE 2006

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Ceuta, ciudad de acogida multinacional

Que Ceuta es una ciudad multicultural parece algo fuera de toda duda. ‘La ciudad de las cuatro culturas’, esa frase más o menos acertada pero muy eficaz de cara a la promoción de Ceuta en el exterior, se lleva oyendo desde hace ya, al menos, una decena de años. Sin embargo, de repente nos enteramos que dentro de esas cuatro culturas, o más bien confesiones, (porque el cristianismo, por poner el ejemplo más cercano, encierra un sinfín de culturas), cohabitan 49 nacionalidades distintas. Y cuando hablamos de 49 nacionalidades, nos referimos a personas que han dejado sus países de origen, aquellos en los que han nacido, para asentarse en Ceuta con vistas de permanencia. Es decir, que han encontrado en la Ciudad Autónoma esa prosperidad y esa cercanía que el ser humano necesita para sentirse a gusto y soltar el ancla, al principio quizás con poca convicción y al final ocultando un sonoro acento caballa.

De 75.700 personas empadronadas en Ceuta, algo menos de 3.000 son extranjeros; marroquíes, mayoritariamente (hasta 2.557). Sorprende, de algún modo, que la única representación del Magreb, en pleno norte de África, corresponda al vecino país, aunque no deja de ser lógico su número mayoritario.

A continuación vienen hindúes (45) y chinos (34), seguidos de italianos (25) y portugueses (20), pero en un número que ya permitiría conocerlos a todos. Por hablar sólo de nacionalidades nombraremos a colombianos, argentinos, gutemaltecos, holandeses, belgas, mexicanos, sirios, jordanos, turcos, liberianos, daneses, cameruneses, salvadoreños, japoneses, paquistaníes, guineanos o rusos. En definitiva, un gran crisol de culturas representados por cuatro de las confesiones mayoritarias que hacen de Ceuta una pequeña-gran ciudad cosmopolita, cuyas puntuales tensiones no derivan de la intolerancia, pues se aprendió a vivir en paz hace ya siglos, sino del roce de una convivencia ya familiar y protectora en su singularidad.
 

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