Servidora de ustedes está más
mosqueada que un pavo oyendo una pandereta. Por el
prefabricado y teledirigido show marbellero, esa densísima
cortina de humo que ocupa los informativos, satura las
televisiones, colapsa los periódicos y desvía astutamente la
atención de cualquier otro tema de actualidad.
Mientras los soldados israelíes permanecen en manos de los
terroristas y su gobierno trata de rescatarlos a bombazo
limpio, los especiales de información hasta altas horas de
la madrugada se ocupan exclusivamente de la detención de
Julián Muñoz, el novio de la Pantoja, hoy la “mas grande”
tonadillera de esta España Cañí que se priva por los chismes
y se pirra por las serpientes de verano. No nos informan de
cómo van las conversaciones con ETA, ignoramos si se están
acercando presos al País Vasco o incluso si se está
escamoteando algún indultillo. Lo cierto es que, el tema
aburre y es un hastío y ocupa el quinto puesto en cuanto a
las preocupaciones de los españoles.
Interesan la Pantoja y su estado de ánimo, así como la
innecesaria verbena que se armó con la detención de Julián
Muñoz. No era necesario. Con las cámaras de televisión
esperando en la puerta que saliera Julián en su cuatro por
cuatro a comprar el periódico y desayunar para que, unos
metros más allá de la Urbanización La Pera, se le cruzaran
en plan Rambo y película americana serie B los coches
policiales con individuos ataviados con llamativas y fashion
camisetas negras con letreros blancos de UDYCO Antiblanqueo.
Ciento cincuenta euros están ofreciendo en Marbella por
trincar una de esas camisetas y vestirlas para irrumpir en
casas de gente a gastar bromas ¡Pasada de modernas!. La
detención de Muñoz televisada, cuando era más fácil que los
policías llegaran a su casa, llamaran a la puerta, se
identificaran, orden de entrada y registro en mano y
entraran civilizadamente a despertar a la Pantoja y sentarla
en un sillón durante cinco horas para registrar en busca del
Santo Grial de los chanchullos marbelleros. Pero no. Todo
escandaloso, chafardero y televisado, con los de “Aquí hay
Tomate” como cualificados comentadores de juicios paralelos.
Las tertulias echando humo, los logreros en cola para
difamar y prejuzgar alegremente y llevarse unos buenos
dineros pa sus casas. Y el juez Torres manteniendo un
“secreto” de sumario que servidora no alcanza a comprender.
De hecho, pa empaparse de los secretos basta con ver el
Salsa Rosa o cualquier programa de corazón, donde acuden a
buitrear cualquier mengano que posea alguna información que
vender o chanchullear. Que si las agendas de Roca
fotocopiadas y entregadas a las televisiones, que si cámaras
de guardia a las puertas de la prisión de Alhaurín de la
Torre. De hecho, si el día que arrasen Beirut por el
secuestro de los chicos la Pantoja acude a Alhaurín a
comunicar con Julián “por cristales”, no nos interesará ni
escuchar el que ha sido arrancado el último plantón del
último de los cedros del Líbano. Es más, las noticias
mundiales se acogen con cierta irritación y bastante
impaciencia ¿Qué cojones nos importa que la Condoleeza Rice
acuda al lugar del conflicto si dicen y cuentan los
familiares de los presos que, se murmura dentro del talego
que Julián Muñoz se ha afeitado el bigote? ¿Y cuando
antesdeayer, después de comer salió de Alhaurín una
ambulancia escoltada por un coche de los picoletos?. Parón
total. En la ambulancia “podría” ir Julián Muñoz, olvidando
que hay muchas criaturas en las últimas en esa enfermería
del Centro Penitenciario que, por cierto, cuenta con un
equipo de médicos y enfermeras que nada tienen que envidiar
a las más exquisitas clínicas privadas. ¡Un pasón de buena
gente! Y encima con brote de tuberculosis e internos
aislados.
A los de la Operación Malaya no hace falta ya ni que les
juzguen, de juzgarles se han ocupado los espacios de
televisión y la prensa rosa. Si Israel retira a su Embajador
en España por la incalificable postura de nuestro ignorante
y tercermundista Gobierno, sería aconsejable que eligieran
“ese” preciso día para hacer declarar a la Pantoja y
paralizar los espacios televisivos, de hecho, nos traería al
pairo cualquier otra información y si detienen a Maite
Zaldívar para imputarla ya pueden trasladar en masa a todos
los etarras a sus cárceles cercanas y controlables, nos
importaría una reputa mierda, todos ansiosos y encantados
ansiando contemplar cualquier fotograma captado con teléfono
móvil sobre el registro a la Pantoja pa observar como tiene
puesta la casa, las tapicerías de los sillones, si hay mucho
lujo y el guardarropa de la artista con los trajes de cola y
los foeles.
De hecho no es justo que, cuando la Ballena Blanca filmaran
la villa del abogado del Valle y cuando Malaya I la de Roca
y no nos hayan permitido oler las intimidades de la
tonadillera. Ese comportamiento tiene mucho de agravio
comparativo para el espectador. ¿Qué que pienso yo como
abogado de los juicios paralelos? Que son una estrategia muy
burda y suprautilizada, ante la pasividad de los jueces
instructores que, si llevaran un férreo secreto de sumario,
deberían impedir tertulias, charloteos, programas de opinión
y corralonerío a costa de sus causas penales, pero no lo
hacen. Por algo será.
De hecho nos importa un ardite que el juez Torres tenga
secretos, si queremos enterarnos enchufamos la tele y nos
empapamos del Tomate. Eso si, en el Tomate nos ahorran el
aburrimiento de las conversaciones secretas con ETA,
cualquier referencia a la intempestiva sustitución del
magnífico profesional ministro del Interior Alonso por el
pasivo Perez Rubalcaba, las iras de Israel ante la escalada
de necedades diplomáticas del Gobierno Español y demás temas
“de relleno” de los telediarios. Si Muñoz es trasladado el
hospital y va la Pantoja a visitarle y llevarle los
periódicos, ya pueden tirar una bomba atómica que las
cámaras estarán fieles y sedientas de morbo en las puertas
del Hospital Clínico y nosotros rabiando por saber si Julián
está o no esposado a la cama. Prodigio de estrategia de
despiste, sublimación de las serpientes veraniegas y cortina
de humo cojonuda. Así se hace. Al pueblo pan y circo o
Julián Muñoz y la Pantoja ¡Y luego dicen que nuestros
Poderosos son tontos de baba! Ni la Cía es capaz de diseñar
un montaje de despiste similar.
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